Morbo con mi hermana y mi marido
Fecha: 17/06/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Mayse, Fuente: CuentoRelatos
... coño. Cuando notó la punta en la entrada, soltó su cuerpo y, soltando un pequeño gemido, empezó a cabalgar.
Ton agarró sus nalgas con las manos para acompañar su moviendo mientras su lengua empezó a jugar con los pezones de mi hermana, que estaban erectos como astas.
A su lado, a menos de cinco palmos, yo notaba el olor a sexo que desprendían. Mis dedos habían empezado a introducirse en mi coño mojado y necesitaba más espacio. Despacio, como si temiera distraerlos, me saque falda, pantys y bragas y desabrochándome la blusa, me saqué el sujetador. Me levanté para dejarla junto a la de ellos. Antes de volver al sofá pasé junto a la silla donde Ali se había masturbado y cogí el consolador que había usado. Volví junto a ellos, que parecían no haberse dado cuenta de mis movimientos, y me acosté acercando la punta de aquel dildo reluciente a mi coño.
Juro que cuando entramos en aquella habitación yo iba convencida que sólo quería verlos follar. No hubiera soportado quedarme en casa sabiendo que ellos estaban juntos, pero nunca pensé que me excitaría de aquella manera. Y ahora estaba casi desnuda, sólo con mi blusa, frotando contra mi coño el pollón que aún estaba mojado con los flujos de mi hermana.
Mi hermana, que en aquel momento gemía de placer clavándose la polla de Ton.
― Así, así, fóllate bien, haz que entre toda, decía él.
― Si, si, me gusta. Me voy a correr otra vez, gritaba ella.
Ton se sacó a Alí de encima y poniéndola en cuatro en el suelo le clavo ...
... la polla hasta el fondo. Mientras la penetraba sin piedad, azotaba su nalga con la mano.
― Córrete guarra. ¿Esto es lo que querías, no? Que te follen duro. Toma, toma. Estás chorreando. Que bueno.
― Si, si, fóllame fuerte. Así, más, más. Pégame fuerte.
Aquello fue demasiado. Deseaba ser yo la que estuviera a cuatro patas follada por Ton como tantas veces hacíamos. El consolador entro en mi coño y empecé a follarme al mismo ritmo que la polla de Ton taladraba el coño de mi hermana.
Allí estaba yo, una mujer madura, casada, madre, profesional de éxito, estirada en el sofá, con las piernas abiertas masturbándome con un consolador de 20 cm mientras veía como mi hermana, a cuatro patas en el suelo, era follada por mi marido. Mi marido, que como yo, nunca antes había estado con otra persona en la cama.
Estaba tan caliente que tardé muy poco en correrme. Fue un orgasmo silencioso, de gemidos ahogados, pero increíblemente placentero.
Ali no tardó mucho más. Sus nalgas estaban enrojecidas de los azotes de Ton y después de recibir varias embestidas hasta el fondo estalló entre gritos:
― Me corro, si, me corro. Sigue, sigue, reviéntame el coño.
La fuente en que se convertía su sexo con cada orgasmo volvió a manar mientras mi marido la follaba como loco.
Cuando Ali soltó el último gemido, Ton salió de ella y agarrándola por el pelo dijo:
― Quiero correrme. Abre la boca y saca la lengua.
Ali lo hizo y Ton sacudió su polla hasta que la primera lechada entro ...