1. Entre cortinas con el hijo de los nuevos vecinos


    Fecha: 22/06/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... excitación del momento. Sin saberlo, ya estaba enredada y me había acongojado con aquel sentimiento mutuo de espiar y ser observada. Me encanta esa sensación de ser querida, amada y sobre todo deseada con lujuria y perversión a distancia. Me hace sentirme más sensual y femenina. Me empodera tener el control absoluto de la situación y poder excitar a placer.
    
    Entonces caminé cerca de la ventana, fingiendo distracción, acomodando mi cabello en una coleta, Ahí, sin voltear a ver, me llevé las manos a la espalda y me desabroché mi sostén. Enseguida lo dejé caer desnudando mi torso y exponiendo mis senos balanceándose a la intemperie y a ese chico, a ese afortunado muchacho quien espiaba mal escondido desde su cuarto, masturbándose con el espectáculo, delatado por el inequívoco movimiento de sus cortinas, al paso de su mano estrujando su miembro excitado por mí. Gracias a mí.
    
    Show de medianoche
    
    Era adicta ya a esa sensación, me hacía sentir realmente bien, me enaltecía el ego, y sin duda me excitaba mucho. Tanto, que llegué a tocarme en la noche, fantaseando con las miradas del joven y guapo vecino, hasta hacerme venir en mi cama imaginando su pene eyaculando al verme exhibiéndome para él. Realmente me encanta seducir de esa manera.
    
    En otras ocasiones me dejé ver a través de la ventana. De hecho lo hacía cada vez que podía, siempre con discreción y en medida de lo posible con recato, buscando no verme tan obvia ni descarada, alimentando el roll de voyerista.
    
    Casi ...
    ... siempre lo hacía al regresar del trabajo y cambiarme de ropa, pero a veces también lo hacía en las mañanas después de bañarme, o en aquellas rutinas de yoga aún enfrente de su padre. A ambos les gustaba verme, y a mí me gustaba que me vieran. Sabía cuánto lo gozaban, ahora que también conocía esos sentimientos de perversión. Ahora comprendía lo sumamente adictivo que era observar, y lo irresistiblemente excitante que debía hacerlo con una chica como yo.
    
    Por ello me dedicaba a alentar aquellas sensaciones, vistiendo con mis conjuntos deportivos más entallados, que realzaban mis atributos, algunas veces incluso sin ropa interior, para despertar las fantasías más oscuras y perversas de mis vecinos, a quienes les exhibía mis pezones erectos bajo mis blusas, mis nalgas entalladas y mi depilada vagina marcando raya en mis leggings.
    
    En una ocasión, salía de bañarme muy temprano en un día lluvioso y nublado. Entonces me atreví a quitarme la toalla y pasarme desde el baño hasta mi recamara, por todo el cuarto de entretenimiento frente al ventanal de dos por dos y medio metros, que les dejaría a mis vecinos la vista clara para admirarme de cuerpo entero.
    
    No sé si me habrían visto, las ventanas estaban un poco empañadas por el contraste de temperaturas, pero segura estoy de haber visto al más joven un par de veces espiándome desde su escondite favorito tras las cortinas de su recamara. Se levantaba desde muy temprano solo para verme. Eso me gustaba mucho, y se lo agradecía ...
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