Amor por pasión
Fecha: 25/06/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... mi mástil en tu entrepierna, yo sintiendo como te movías para poder sentir la cerca dé tu sexo y sentir tus pechos restregándose con mi cuerpo, tu lengua y la mía se entrelazaban dentro de nuestras bocas, nos abrazábamos y apretábamos nuestros cuerpos el uno contra el otro. En uno de los momentos decidiste que querías sentir aquel miembro restregarse por tu bonito culo y te diste la vuelta poniendo tu culo encima de él, empezando a moverte despacio con sensualidad, mientras yo acariciaba tus pechos maravillosos, mis gemidos empezaron a fluir por mi boca producidos por la excitación que me provocabas.
Mientras frotabas tu culo, la cogiste con una de tus manos y empezaste a frotarte con mi miembro viril en tu sexo, al poco de iniciar esto, tú también empezaste a gemir e incluso para mi gran sorpresa, porque no lo esperaba de ti comenzaste a insultarme diciéndome cosas como estas “Carlos sigue así, carbón, me estas poniendo cachondísima, nunca nadie había conseguido que me pusiera tan cachonda. Sigue así y te doy lo que más deseas”. No sabía que te gustase insultar cuando te ponías tan cachonda, a mí no me importaba, al oírte decir mi nombre y pensando que al insultar tú no te importaría que te insultase en momentos de máxima excitación y como este, habiéndome comentado todo la anterior, no dude en utilizar un lenguaje más duro y a comentarte que no te arrepentirías por darme tus fluidos en la cara que te haría gozar más que a cualquier mujer con la que estado, porque tú y ...
... el cuerpazo de golfilla de lujo que tienes se lo merece. Al decir esto tu miraste hacía atrás también sorprendida por haberte comparado con una golfa, pero ya sabía que no eras nada de esto.
En ese momento de diste de nuevo la vuelta y seguiste restregándote ese culito contra mi erección, pero sin introducirlo, aún no estabas convencida del todo, como para perder la virginidad anal conmigo, yo sentía que no tardarías en pedirme que te penetrase, pero nunca te lo iba a pedir para no hacerte sentir presionada, quería que cuando fuese, fuese con absoluta convicción tuya y te entregases a mí completamente y sin ningún tipo de preocupaciones. Seguíamos los dos jugueteando, con mi polla por él alrededor de tu coño que estaba húmedo como nunca había notado en una mujer, mientras me besabas apasionadamente, seguías con la polla cada vez más cerca de tu sexo. Te besaba, te agarraba de tus nalgas, acariciaba tus hermosos pechos, los besaba, lamía, mordisqueaba, mientras tu seguías jugueteando con mi polla entre tu clítoris y tu agujero. En uno de los esos movimientos que hacías con tus caderas, no sé si intencionadamente o por descuido introdujiste levemente el pene en ese maravillo agujero y la sensación fue increíble tanto para mí como para ti, el gesto de tu cara cambio, se te veía más complacida y seguiste moviéndote mientras yo apretaba más mi miembro, cada vez más, contra en tu culo, te quedaste un poco parada y retiras el pene de tu agujero, te lo pensaste un instante y me ...