La becaria
Fecha: 30/06/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... quejido.
- Pídemelo – mis manos bajan tus bragas.
- Tócame – echas las caderas hacia delante buscando mis dedos.
Recorro tu coño estrecho con dos dedos, rozando la entrada y disfrutando cómo cada vez que entro en ti estás más mojada y abierta. Estás deseando correrte.
Cuando tu orgasmo está cerca te doy la vuelta, de cara al vestidor. El espejo te devuelve la imagen de una chica de veintitantos, con el gesto desencajado por el placer, las bragas bajadas y el peinado revuelto. La visión te perturba y tu primera reacción es retirar la mirada.
- Mírate – te ordeno con mis dedos frotando tu clítoris. Primero de forma pausada y luego más y más rápido.
Con la otra mano te levanto la camisa y el sujetador y te sujeto los hombros.
- ¿Te vas a correr?
- Sí.
- Dilo cuando te llegue.
Estás cohibida todavía. Pero lo que más deseo en este momento es escuchar la entrega de tus labios. Las piernas te tiemblan y siento más flujo en la mano.
- Ya, ya,.. me corro – confiesas bajito antes de dejarte ir con un gruñido. Luego te deshaces en mis brazos.
Te dejo sobre la cama con los últimos espasmos.
- Uf – sonríes.
Te beso despacio y meto mis dedos húmedos en tu boca, para que saborees tu propio placer. Poco a poco nos quitamos la ropa y vamos de la mano a la ducha.
- Quítatelo todo - te digo viendo tus anillos.
Me miras extrañada, pero te quitas el par de anillos y la cadenita que llevas. Nos acariciamos bajo el chorro de agua. Pongo jabón en tu ...
... mano y no tengo que decir nada: tú sola enjabonas mi pecho hasta llegar tímidamente hasta mi polla. La acaricias arriba y abajo con los dedos, sin apretar.
Te agarro de la nuca despacio, te acerco y te como la boca. Tu mano traslada el apretón a mi polla.
- Así me gusta.
Sin soltarte el cuello te empujo hacia abajo, hasta que te pones de rodillas y me la chupas. Me encanta ver como el capullo desaparece entre tus labios y de vez en cuando te doy algún golpe de cadera para meterla hasta la garganta. Aguantas sin rechistar, aprovechando de cuando en cuando para tomar el aire que puedes bajo el chorro de agua.
- ¿Te gusta?
- ¿El qué? – te pico.
- Lo que te hago, ya sabes.
- ¿Qué haces? ¿Me chupas la polla? Dilo.
- Te chupo la polla.
- Sí, me gusta cómo me la chupas. ¿A ti te gusta?
- Sí – y luego añades– Me gusta chuparte la polla.
Te la empujo dentro y bombeo despacio pero profundo, hasta que tu mi glande choca con el final una y otra vez. No te retiras, aunque claramente no estás acostumbrada. Todo lo contrario, una de esas veces paro para tomar aliento y tú misma empujas mi rabo dentro de tu boca, como para intentar pasar más allá y meterla en tu garganta. No lo consigues, pero tengo que contener las ganas de correrme solo por verte intentarlo.
- ¡Ah! No puedo – exclamas al final cogiendo aire.
- Ven.
Salimos y nos secamos.
- Vamos a probar una cosa.
- Lo que quieras. – Se te escapa.
Te tiendo en la cama boca arriba, pero tiro ...