1. La noche, la luna, un velero y una bella mujer (2)


    Fecha: 05/07/2022, Categorías: Hetero Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando salió el sol, lentamente se fue despertando. Ya despierta, se quedó en silencio apoyada en mí. No sé si fueron 15 o 20 minutos.
    
    Leti: buen día, Mariano.
    
    Yo: buen día Leti
    
    Leti: me podes decir si lo de anoche fue real? Si es cierto que bailé para vos, que me masturbé y gocé?
    
    Yo: si, Leti, fue real.
    
    Leti: ah. Preparo café?
    
    Yo: dale, te lo agradecería.
    
    Leti: ya vuelvo
    
    Al ratito volvió con dos tazas de café caliente, y un paquete de galletitas dulces. Ella tomaba la tasa de café con ambas manos, y miraba como el sol se alzaba sobre el horizonte.
    
    Leti: lo más cómico de todo es que te sentías intimidado por mí. Vas a dormir un rato?
    
    Yo: si me haces la gamba y controlas las velas, que no se salga de rumbo y no se cruce ningún barco, me tiro un rato.
    
    Leti: por supuesto. Mostrame donde me fijo el rumbo y anda a descansar. Si pasa algo te llamo.
    
    Yo: dale, llamame en tres horas.
    
    Me fui al camarote a descansar, ella se quedó terminando el café, controlando y disfrutando la mañana. Del cansancio me dormí enseguida.
    
    Desperté bien descansado, me cambié la malla y miré la hora. Había dormido 6 horas.
    
    Yo: hola Leti.
    
    Leti: Capitán el barco está en orden y navegando firme. Ajusté las velas porque cambió un poco el rumbo.
    
    Yo: está perfecto. Por qué no me despertaste antes, te comiste 6 horas sola.
    
    Leti: estabas durmiendo tan bien y yo necesitaba un poco de soledad para pensar.
    
    Yo: gracias por el descanso. Pasa algo, algún ...
    ... problema?
    
    Leti: vos te referís por lo de anoche. No, por lo de anoche no, pero si por lo que lo de anoche disparó en mi mente. Me he estado replanteando algunas cosas.
    
    Yo: entiendo.
    
    Leti: pero te aseguro que por lo que hice, nada, solo que estuvo genial.
    
    Enseguida cambió la charla a otros temas, me contó anécdotas de los desfiles, las peleas por los egos, y nos reímos mucho.
    
    Leti: quiero estar despierta a la noche, acompañarte, te molesta que duerma un poco?
    
    Yo: No vas a comer nada?
    
    Leti: no, no tengo hambre.
    
    Yo: dale, descansa un rato tranquila.
    
    Por suerte el tiempo seguía muy bueno, buena brisa, y el mar calmo. A este ritmo, al amanecer estaríamos en Puerto Mar. Como Leti, tuve tiempo de pensar mucho, repensar otras.
    
    Al atardecer Leti apareció radiante. Y desnuda.
    
    Leti: parece que se me torna costumbre estar desnuda delante de ti. Pero, es posible que bajemos las velas, necesito bañarme en el mar, aunque más no sea.
    
    Yo: si, no hay problemas, jajaja
    
    Leti: no te rías.
    
    Se dio un buen baño, subió al velero y me preguntó si quería que me tire agua.
    
    Yo: no, gracias, ya aprendí la lección
    
    Leti: pero, yo que quería espiar otra vez.
    
    Yo: por las dudas, trajiste la malla negra enteriza que tenías puesta el otro día?
    
    Leti: si claro, por?
    
    Yo: porque me encanta como te queda. Mucho mejor que las bikinis.
    
    Leti: en serio?
    
    Yo: si.
    
    Se puso esa malla y era una diosa.
    
    Charlamos, compartimos un par de sándwiches y un vino, que para ...
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