1. Rutina


    Fecha: 13/07/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... apagando un grito de dolor.
    
    Ni mi mente ni mi cuerpo estaban en el acto sexual, estaba más concentrada en el agua que caía sobre mi cuerpo que en los movimientos de mi marido. El coño me ardía con cada embestida, no grite ni me aparte, me limite a agachar la cabeza, desde esa posición pude ver como mis tetas se bamboleaban en todas las direcciones en cada embestida, veía sus huevos golpeando mi cuerpo, pero yo solo sentía el agua recorriendo mi cuerpo, mi vagina se había adaptado a él y ya no me dolía.
    
    Me agarro del pelo firmemente, sin hacerme daño, lo que hizo que levantara la cabeza, estaba a punto de correrse, siempre hacia lo mismo cuando estábamos en esa postura, un par de embestidas mas y me lleno con su cálido semen, normalmente deja su miembro un rato dentro de mí, esta vez lo saco inmediatamente.
    
    Nos limpiamos en silencio.
    
    —ya no estás hecho un chaval— le dije mientras acercaba mi mano a su herida.
    
    Se aparto con un gesto de dolor
    
    —Para pelear no estoy, pero para follarte, ya veras, esta noche voy a tener que despertarte de lo caliente que estoy.
    
    —Mira si se te pone dura, no hace falta que me despiertes pero lámemelo antes que si no me va acabar doliendo el coño.
    
    —Vale pero no te pongas bragas.
    
    Fuimos a la cama, el desnudo y yo solo con un camisón corto. Estaba segura de que por la noche no iba a pasar nada, se queda dormido enseguida, pero no quería quitarle la ...
    ... ilusión.
    
    Miguel se durmió antes que yo, a mi me costo y cuando lo conseguí soñé mucho, con muchas caras, mucha gente, no conocía a nadie, me sentía sola, abandonada y de repente apareció mi marido y me sentí llena, salvada, me desperté, acababa de tener un orgasmo, cerré las piernas y golpee algo, la cabeza de mi marido, se oyó un quejido-
    
    —¿Te he despertado?
    
    —Si
    
    —Lo siento, estoy ardiendo y dijiste que no te despertara
    
    —Puedes despertarme así todos los días si te apetece
    
    Se hizo el silencio-
    
    —Métemela si estas tan caliente, si quieres me hago la dormida.
    
    — Me gustas más despierta
    
    Y me la metió hasta el fondo pero suavemente. yo abrí las piernas todo lo que pude para facilitar la penetración. Me follaba rítmicamente, como siempre, el colchón crujía bajo nuestro peso como siempre, el olor era el mismo, sus besos eran los de siempre, si alguien nos observara pensaría que era un polvo sin más, hasta aburrido, pero para nosotros era nuestro momento, este polvo era especial porque habían habido muchos antes y traía la promesa de relaciones futuras, yo como casi siempre me di cuenta antes que él y me corrí primero, el al notar mi orgasmo acelero y se corrió al poco, esta vez no la saco, nos quedamos juntos abrazados bajo las sabanas hasta que se quedo su polla fláccida.
    
    Desde entonces nuestra vida sexual a mejorado enormemente, no hacemos nada especial, nos limitamos a disfrutar el uno del otro. 
«123»