1. La sorpresa de cumpleaños


    Fecha: 17/07/2022, Categorías: Hetero Autor: Gatagolosa, Fuente: CuentoRelatos

    Carlos es uno de esos hombres maravillosos que rara vez se encuentran dos veces en una vida. A simple vista puede que no aparente ser nada del otro mundo, pero entre sus atributos es inteligente, sensible, tierno, atento y al mismo tiempo es salvaje y peligrosamente adictivo en la cama. Es una mezcla muy peculiar y deliciosa del romance con el sadismo. Parecieran ser términos distantes y sin relación alguna pero este hombre los armoniza de tal manera que te esclaviza a su cama.
    
    Y eso me pasó, soy adicta a él.
    
    Hace ya un tiempo que nos frecuentamos y cada encuentro es tan diferente al anterior, él sabe despertar en mi la lujuria, el deseo que toda mujer debe experimentar para poder decir con propiedad que ha llevado una vida plena.
    
    Hace unos días me enteré de que se acercaba su cumpleaños y decidí regalarle algo que lo hiciera recordarme siempre. Nada material que le pudiera comprar podría sintetizar lo que él despierta en mí así que decidí ser su regalo de cumpleaños. Si, así como lo pueden leer, yo sería su regalo de cumpleaños, le regalaría mi cuerpo y todo lo que soy.
    
    Ese día llegué a su casa muy temprano (no quería desperdiciar ni un minuto del día) y él me recibió vistiendo únicamente una bata y con un cálido abrazo y medio dormido, aún me dio un beso en la mejilla y me llevó a su cuarto donde me despojé de mi ropa y desnudos nos acostamos uno junto al otro sumidos en un delicado y tierno momento donde pude sentir los latidos de su corazón sobre mi ...
    ... pecho.
    
    Entrada la mañana arreglo una pequeña mochila donde aparte de su ropa también empacó artículos de primera necesidad como lubricantes, mi plug anal (una verdadera joya que disfruto infinitamente desde el momento que me la coloca hasta cuándo me la quita), entre otras cositas. Nos dirigimos a dar un paseo por tratarse de un día tan especial. Fuimos a la playa, dónde habíamos apartado una pequeña cabañita para pasarlo rico disfrutando de la intimidad y discreción que ofrecía un lugar apartado como ese.
    
    A llegar al lugar, revisamos el lugar, acomodamos nuestro equipaje (tampoco era tanto, solo dos maletas pequeñas con lo esencial ya que con Carlos la ropa sale sobrando). Y nos fuimos a explorar los alrededores. Encontramos un pintoresco restaurante donde disfrutamos de una deliciosa comida y al terminar dimos un paseo a orillas del mar. A su lado el tiempo pasa volando y en poco pudimos ser testigos del más hermoso atardecer nunca antes visto por mis ojos. Puede que el atardecer por si solo no fuese tan impresionante, pero la compañía así me lo hizo sentir.
    
    Se diría que con una escena tan romántica como esa lo que se espera en todo caso es una conversación amena y una cesión de sexo a lo Romeo y Julieta, pero no fue así.
    
    De regreso a nuestra cabaña ya íbamos comiéndonos a besos, tocándonos, yo estaba más que encendida. Al entrar pasamos a la habitación y aunque mi idea era ser su sorpresa de cumpleaños también fui sorprendida. En algún momento en que no me di cuenta ...
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