1. La sorpresa de cumpleaños


    Fecha: 17/07/2022, Categorías: Hetero Autor: Gatagolosa, Fuente: CuentoRelatos

    ... había preparado la cama con un enredado juego de cuerdas, amarres y demás y al ver eso era claro que sería una noche larga he interesante.
    
    Pasé a la habitación y me ordenó que me quitará la ropa y solo me dejara el panty, me lo ordenó con una mirada sería y un tono de voz grave que me erizó todo el cuerpo, me sentí un poco asustada, pero al mismo tiempo me excitó muchísimo. Claramente obedecí al instante. Seguido me ordenó acostarme en la cama abierta de pies y manos, me colocó buena venda en los ojos y me colocó una especie de esposas en muñecas y tobillos, las que ajustó a las cuerdas que había preparado en la cama sujetándome fuertemente de manera que no me podía mover.
    
    Sin poder ver sentí como recorría mi cuerpo con sus manos y su boca hasta que llegó a mi entre piernas. Allí me tocó con sus dedos la michita hasta el punto de introducir un dedo en ella. Lo metía y lo sacaba repetidas veces y así pudo ver cómo me mojaba, estaba tan mojada que mis fluidos salían de mi micha y se escurrían hasta mi culo. Su boca se unió a tan delicioso ritual y sentí como sus labios se posaban sobre mi micha que ya estaba húmeda y pasaba su lengua de arriba a abajo y al mismo tiempo su dedo dentro de mi seguía moviéndose. Todo mi cuerpo se estremecía de placer y sin poder moverme estaba a punto de correrme hasta que mis gemidos deben haberle hecho ver qué me correría en cualquier momento y se detuvo abruptamente. No les voy a mentir, esa sensación de estar a punto de llegar y no ...
    ... hacerlo no se siente muy agradable que digamos pero lo agradecería más tarde.
    
    Me soltó de mis ataduras y me ayudó a incorporarme en la cama. Yo no podía moverme porque aún mi cuerpo temblaba del orgasmo que pudo ser pero no se me dio. Con cuidado me llevo hacia un sillón pequeño que adornaba la habitación pero que él le había visto otra utilidad. Me acomodó sobre el sillón boca abajo y me volvió a atar de manera que mi culo quedaba expuesto y dispuesto a su gusto y placer. Estando en esta posición y aún con los ojos vendados volvió a recorrer mi cuerpo pero en esta ocasión no eran sus manos lo que mi piel sentía, era otra cosa, como un cinto o una correa y eso me puso muy nerviosa.
    
    Luego de unos segundos sus manos se deslizaban sobre mi espalda y nalgas y eso me hizo sentir más segura y de repente la sorpresa, un latigazo en mis nalgas, fue tan sorpresivo que no sé si grite de dolor o por la sorpresa en si que me lleve. Ese primer latigazo puso mis sentidos en alerta y los músculos de mi cuerpo se contraían más que por dolor por la incertidumbre de no ver ni saber si sería el único o en qué momento recibiría más latigazos. Por supuesto que no fue el único, no sé cuántos latigazos me dio al final pero eran de diversas intensidades, algunos no los sentía casi, otros dolían un poco y otros hasta dejaban una sensación de picor en la piel.
    
    Luego de recibir los latigazos casi de manera inmediata sentí como sus manos separaron mis nalgas y su pene que ya estaba duro se colocaba ...