1. Extraños a veinte metros


    Fecha: 30/07/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... elegantemente con el aire que entraba por la ventana, pues en el transcurso atemporal de la ducha, se había levantado más viento además de haber bajado la intensidad lumínica del Sol, que empezaba a esconderse entre las montañas.
    
    Dejó que la toalla cayese hasta sus pies, acoplándose bien la que llevaba enroscada en el pelo; mientras se untaba crema en las manos y apoyaba uno de sus pequeños pies sobre la cama para proceder a extenderla por su pierna, de abajo hasta arriba, la línea de visión que salía desde sus ojos verdes se posó en la única terraza que desde esa perspectiva podía ver, del antes mencionado hotel que caía a su derecha. Y pudo observarlo porque finalmente una de las dos cortinas se había desplazado unos centímetros, dejando un tramo libre para la vista en ambos sentidos. El latido fuerte le vino propiciado por la imagen de la figura que la observaba furtivamente desde aquella azotea y que también instintivamente se metió hacia dentro, haciendo que Laura no se pudiese fijar en ninguna característica y tan solo volver a cerrar la cortina del todo.
    
    Se secó el pelo dejándoselo rizado por las puntas; el vestido, traje corto y ceñido; maquillaje, suave. Sacó una Coca Cola del mini bar, unos hielos, un vaso y se lo preparó sentada en la silla y apoyada en la mesa, las cuales estaban dispuestas en la terraza. Mientras disfrutaba tranquilamente de las vistas y de la bebida, a la vez de que en la radio sonaba chill out, esta vez sí, vio con claridad al furtivo ...
    ... que antes la había acechado. Estaba haciendo lo mismo que ella, sentado con una bebida, mirando al mar. Un chico de apariencia joven, pero no podía asegurarlo pues aunque la distancia no era muy grande, la continua caída del Sol dificultaba observar ciertos detalles. Sí veía claramente que tenía una tez morena, pelo corto y un aspecto por decirlo de alguna manera, saludable. Ahora llevaba una camisa clara, pues antes le había parecido que no llevaba nada, pero ahora era la única prenda que podía distinguirle, ya que el muro de la terraza no le dejaba ver más allá del bajo pecho.
    
    Así pasaron los minutos, sin nada que destacar salvo la tranquilidad reinante. Laura se dejó llevar por pensamiento húmedos, su mente se trasladó unas horas hacia el futuro, y pudo verse a sí misma, en el suelo de aquella terraza, siendo penetrada por su marido después de una buena cena, un par de licores y habiendo bailado en la discoteca del hotel. Pero se precipitó de nuevo al presente, Carlos aún no había vuelto, ella estaba ahora bastante cachonda y aquel desconocido, por alguna razón, ya no miraba hacia el horizonte, sino que su horizonte ahora, era ella. Se había puesto de pié, dejando ver que llevaba unos vaqueros oscuros, una mano reposaba en la losa de la parte superior del muro de la terraza y en la otra portaba un vaso con alguna bebida imposible de descifrar desde la distancia. Sin pudor observaba a Laura que estaba empezando a ponerse nerviosa, pues tras volver de su trance durante el ...