1. Me vuelven romper el culo en el parque de Santa Cruz.


    Fecha: 10/06/2018, Categorías: Gays Autor: chichos91, Fuente: SexoSinTabues

    ... te la voy meter. No me hice de rogar, y agachándome, llevé aquella bonita polla a la boca, empezando a mamarla con todas las ganas que tenía. No me dejó mamarla ni 2 minutos, cuando me ordenó levantarme, y hacerme girar para darle el culito, y pudiera follármelo. Me colocó las manos en la barandilla, luego de sacarme por completo la camiseta. Tiró de mis caderas para que quedara inclinado, y de esa manera tener mi culito a su entera disposición. Metió un dedo en mi ano, y soltó ¡joder! Ya lo tienes bien abierto, maricón. ¿Ya te han follado esta noche? Sí, le contesté. Pues ahora te lo voy follar yo. ¡Joder que culito tienes! Te lo voy llenar de lechita, este culito tan rico que tienes. Hoy tengo los huevos bien cargaditos, te voy dejar bien preñado. Se sujetó a mis caderas, y llevando su polla a la entrada de mi culo, fue metiendo la polla lentamente. Ya la tienes toda dentro, dijo, a la vez que soltaba yo un suspiro de placer, ¡ooohhhhhh! No paraba de gemir desde que noté la polla dentro de mi culito, y las piernas me empezaban a temblar por aquel placer que estaba sintiendo. Gime, gatita, gime, que esta noche tu macho te va hacer gozar, y te va llenar este culito tan divino que tienes, de lechita. Llevaba por lo menos 10 minutos taladrándome el culo con aquella bonita polla, y yo no paraba de gemir, ¡oooohhhhh! Mmmmm, ¡ooooohhhhhhhh! Mira como te hace gemir tu macho, me decía aquel maduro. Te gusta como te folla tu macho, ¡ehhhh! Verdad que te gusta, gatita. Ya veras que ...
    ... hoy vas llevar una buena ración de polla y leche. Aún no había trazas de que aquella follada terminara, cuando apareció allí un joven. Era el joven negro que me había follado la semana pasada. Cuando nos dimos cuenta, ya lo teníamos allí pegado a nuestro costado. Fue cuando le dijo el maduro que si quería follarme, tendría que esperar a que él terminara. Tranquilo, le dijo el joven negro, yo espero a que tú termines. El joven negro se quedó mirando para mí, y le dije que se acercará. Saca la polla que te la voy chupando, le dije. Cuando el maduro vio la tremenda polla que se gastaba el joven negro, soltó, ¡joder! La hostia puta, como vas quedar gatita, si te mete esa polla, eso te llega hasta la boca del estómago. Te va quedar el culito para el arrastre. Cuando me acercó la polla el joven negro, la agarré con una mano, y la llevé a la boca. Era larga, pero no era nada gruesa. Así que metí la cabeza y la succionaba sin demasiados problemas. Joder que te gusta la polla gatita, me decía el maduro. Eres toda una viciosa, me estaba diciendo, cuando ya se empezaba a correr. Ya gatita, ya te voy llenar de leche, ¡oooohhhh! Ya, ya, ya me corro, ¡oooohhhh! Toma gatita mi leche. Toma, toma, toma, ¡oooohhhh! ¡Dios! Si que tenía los huevos bien repletos de semen aquel hijo puta, me había llenado bien el culo de leche. Era tanta, que me estaba escurriendo por las piernas abajo. Cuando terminó de soltar todo el cargamento de semen que tenía, y se hubo repuesto un poco, sacó la polla de mi ...
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