Isabela quería buen sexo
Fecha: 03/08/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Homelander, Fuente: CuentoRelatos
... firmemente y colgó.
Isabela se quedó histérica viendo el celular, quiso llorar, obviamente le diría a Natali, obviamente Matías lo sabría, ¡¿como fue tan estúpida y pensó que eso saldría bien?!
Fueron los 2 días más largos de su vida, cada mensaje que Matías enviaba, cada vez que lo veía venir a ella en la preparatoria, ella se preparaba, él le gritaría histérico, ¿ella estaba dispuesta a mentir vilmente? ¿Negarlo con total desfachatez? ¿Y si las cosas escalaban? ¡¿Y si Matías pedía un careo de todas las partes presentes?! No se atrevería, ¿verdad? Ella lo chantajearía antes de llegar tan lejos, llorando y reprochándole que no confiara en ella, le dio un escalofrío cuando vio que Gabriel la había bloqueado en Facebook, los 2 días más largos de su vida, cada hora que pasaba era peor, nunca acabaría, en cualquier momento Gabriel le diría a Natali, en cualquier momento su Matías lo sabría.
Isabela veía las fotos de ellos juntos con nostalgia, como si vieras las fotos de un familiar tuyo que morirá de cáncer, es inevitable, no puedes hacer nada, pasará y estarás hecho una mierda y estás triste desde ahora, al tercer día cuando Gabriel llamó por la noche ella casi no contesta, uno, dos, tres tonos y ella veía nerviosa la llamada… como dije, muchas cosas que ella casi no hacía, pero hizo.
—¿Sigues dispuesta?
—Si — respondió firmemente ella, se masturbó como loca al colgar con él.
Estaba nerviosa como el carajo, veía el reloj, 2:58 pm, respiraba profundamente y ...
... sonreía involuntariamente como idiota, nervios, emoción, miedo, confusión, culpa, vergüenza. Le dijo a su Matías que su madre descansaba ese día y estaría en casa temprano, odió no poder inventarse algo mejor, si a él se le ocurría pasar siquiera por fuera de la casa vería que el auto de la señora no estaba fuera y haría preguntas, 2:59 pm, se levantó y se miraba en el espejo, ella hizo una promesa muy a la ligera de hacer lo que fuera y como él quisiera, así que llevaba esa morbosa lencería que él exigió, le dijo cómo era y donde la vendían, Isabela sintió más vergüenza que nunca esa tarde cuando la pidió en el mostrador de aquella sex-shop, se la dieron con desinterés y ella corrió a su casa para ponérselo y esperarlo.
Lo analizaba con curiosidad, una suerte que le quedó al dedo, el brasier con transparencias y ese exagerado encaje, la tanga tan diminuta por el frente que el pequeño triángulo apenas tapaba su lindo coño, por detrás un ridículo hilo que se metía entre sus lindas y redondas nalgas, se sentía avergonzada, nunca había usado lencería ni tangas de hilo dental, el cinturón del liguero y con encaje, se sujetaba firmemente a su cadera, bajaban las ligas y sostenían las largas medias translúcidas hasta la parte superior de sus muslos, todo el conjunto negro y con encaje por todos lados, ¿los tacones eran demasiado? Bueno, él los pidió.
Gabriel caminaba hacia allá intentando no darle importancia, encontró la calle rápidamente, caminó lentamente por cada casa viendo ...