1. Ana 7: cogiendo con desconocidos


    Fecha: 10/06/2018, Categorías: Gays Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... sacarle una radiografía. Los pocos pasajeros que hay se deleitan mirando a la rubia petisa. La observan de frente, mientras ella va al fondo para sentarse. Su carita de ángel malvado los obnubila, y cuando los deja atrás, se dan vuelta todos juntos, como zombis, para mirarle el culo escultural.
    
    Podría llevarse a su casa a cualquiera de esos babosos, que cada tanto se daban vuelta para verla de nuevo, porque parecía que no podían concebir, que semejante belleza se desplace en colectivo. Pero ninguno llamó su atención.
    
    Unos veinte minutos después, llega a Villa Devoto. El barrio es similar al suyo: pocos edificios, muchas casas elegantes, pero no ostentosas, y un silencio desolador.
    
    No quiere ir a un bar. Ahí sería muy fácil encontrar a alguien dispuesto a coger, pero ella quiere ser más original que eso. De todas formas, tras caminar varias cuadras no ve señales de ninguno.
    
    El único sonido que la acompaña es el de algunos autos, que se desplazan a varias cuadras; y el de sus tacos, que chocan contra el pavimento. Va hacía donde circulan aquellos autos, y se encuentra con la Avenida, que a excepción de la presencia de unos cuantos vehículos que se pierden enseguida, está tan triste como la calle por la que circulaba recién.
    
    Acá hay más edificios, y varios locales, pero todos cerrados. Camina un poco por la Avenida. Alguno le toca bocina, pero desaparece enseguida. Un ciruja que está juntando cartones en una esquina, se queda hipnotizado, como si viera un ángel, ...
    ... mientras ella pasa a su lado y cruza la calle.
    
    En la otra esquina encuentra el único local abierto. Es uno de esos quioscos que atienden durante las veinticuatro horas.
    
    Desde detrás de las rejas del local, Maxi la ve llegar. Primero surge como una aparición: la oscuridad la envuelve mientras cruza la calle en dirección a él. Es una silueta negra que se desplaza, ruidosa, en la ciudad solitaria. Y luego, al llegar a la vereda, las luces artificiales la descubren por completo. Está acostumbrado a ver mujeres lindas todos los días. Capital está llena de ellas. Pero Ana lo deja sin aliento. Además ¿qué hacía una hembra tan hermosa dando vueltas sola a la medianoche?
    
    Detrás de él está Juan Pablo ordenando una góndola. Es un amigo que ayuda por las noches, aunque más que nada va para hacerle compañía a Maxi para que la noche le sea leve.
    
    Maxi se da vuelta y le silva a su amigo.
    
    —Juanpi, vení a ver esto. —le dice. Juan Pablo atraviesa el largo del local para llegar hasta donde estaba su amigo. De noche ponen las rejas, por seguridad, y atienden detrás del mostrador, a través de un pequeño cuadrado también enrejado que se abre para pasar la mercadería. Ambos chicos se amontonan en el pequeño espacio para disfrutar de la vista. Ana ya está frente a ellos. Los escruta con la mirada, es casi tan obvia como los pasajeros del colectivo que no disimulaban al observarla. El que está más cerca es un muchacho de veintitantos años, rubio, delgado, de sonrisa atractiva. Al que ...
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