1. Luisa, la ahijada de mi tía (Segunda parte)


    Fecha: 05/08/2022, Categorías: Anal Autor: D. Alexander, Fuente: CuentoRelatos

    Yo me quedé sentado observando. Luisa se bajó de la mesa, se acercó a mí, se sentó sobre mí de frente pegando la vagina húmeda a mi pene ya flácido, colocando sus manos en mi pecho, me miró fijo a los ojos sin decir palabras, percibí satisfacción y rabia, una mezcla de ambos sentimientos.
    
    Mis manos sujetaban y apretaban sus grandes y redondas nalgas, su espalda estaba arqueada, sus pechos los pego a mi pecho recostando la cabeza cerca de mi hombro, yo acarició suavemente sus muslos y caderas, cuando escuché entre susurros -no te vayas, quédate un poco más.
    
    Respondí mientras acariciaba sus cabellos. No puedo, tengo que irme, pero te prometo que volveré por ti. Ella se quedó sin decir nada, levantó la cabeza de mi hombro, tomo mi cara y me besó suave y tierno, se levantó, tomó su camisa, se la puso, mientras iba abotonado me miraba, luego me dio la espalda y salió sin hacer ruido de mi habitación. Yo me quedé dormido sin salir a ducharme, quería tener su olor conmigo.
    
    6:00 am. Suena la alarma, despierto, abro los ojos y enseguida llegaron a mi mente lo que paso anoche con Luisa, miro al techo pensando en cada detalle, sonrió, me pongo en pie y salgo a la ducha, aún mi cuerpo estaba impregnado con el olor a sexo, mientras el agua corría por mi cuerpo pensaba en ella, en cada momento vivido desde que la vi por primera vez. Me empalme de inmediato, y comencé a masturbarme, la verga me dolía, era un dolor agradable, enjabonada y subía y bajaba el forro, cuando siento que ...
    ... abren la puerta de la ducha, abro los ojos y era ella con una toalla diminuta cubriendo con dificultad su cuerpo.
    
    -Buen día Alex ¿Me puedo bañar contigo? Sé que en un par de horas te irás y no volveré a verte, no hagas ruido para que mi madrina no nos escuche. -Cuando iba a pronunciar palabras, puso un dedo en mi boca y dijo- no digas nada, las palabras se las lleva el viento.
    
    Sin dejarme hablar para decir cualquier cosa o por lo menos un sí, dejó caer la toalla al piso quedando desnuda, yo admiraba sus buenas tetas, esas caderas anchas y ese coño carnoso que dejaba salir los labios inferiores, ella entró a la ducha, me abrazó, y me besó.
    
    De nuevo abrí ambas llaves de la regadera, el agua corría por nuestros cuerpos, yo la besaba y apretaba contra mi, ella tenía su lengua muy inquieta y morbosa, esculcaba toda mi boca y su mano me jalaba y apretaba la verga con fuerza, eso me dolía, pero me gustaba sentir ese dolor, me recordaba como la desprendí de su virginidad tanto vaginal como anal.
    
    Yo pasaba el jabón por la espalda, caderas y glúteos, le mamaba las tetas mientras mis dedos hacían su trabajo "índice y dedo medio entraban y salían, anular acariciaba el clítoris, y el pulgar de forma circular se movía dentro del culo.
    
    Ella mordió un poco duro mi lengua, al yo intentar quitarme la soltó y comenzó a chuparla como aliviando el dolor que me había causado, yo con la mano que me quedaba libre apreté fuerte su cadera mientras di más rudeza y velocidad a mis dedos, ...
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