Joana, mi prima lejana
Fecha: 07/08/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... dirigió hacia ella a pesar que aparentemente era fruta prohibida y que no tendría ninguna oportunidad.
Su piel morena, sus ojos color avellana, sus pechos redondeados y erguidos, sus caderas pronunciadas y sus bien torneadas piernas, me proporcionaban una excelente excusa para dar rienda suelta a mis fantasías. Me sentí algo culpable por soñar de forma lasciva con ella.
Tras treinta minutos de viaje llegamos a una zona estival repleta de gente y sitios donde tomar copas y pasar la velada. Los cuatro nos fuimos a un pub de música rompedora y abarrotado de gente que bailaba y bebía disfrutando de la noche.
Rocío enseguida se puso a bailar, se movía como una diosa y mientras bailaba su alegría resultaba contagiosa, lástima que tan dulce fruta nunca seria mía. Joana localizó pronto a sus colegas y desapareció de escena llevándose su primer cubata casi acabado.
El pub estaba muy animado y había muchas chicas, todas con ganas de fiesta y luciendo sus cuidados cuerpos. Yo andaba encandilado con Rocío y logré robarle varios toques en su rotundo culo que me supieron a gloria.
Sobre las tres de la mañana ya nos habíamos tomado unas cuantas copas y bailado bastante, y decidieron que era suficiente para ser un viernes. Joana se presentó con un buen puntito dedicándome una mirada como diciendo: “te comería en tres bocados”.
En el coche me senté delante con Josema, detrás Rocío que tenía una cara de sueño impresionante y Joana que era la que parecía más excitada y con ...
... ganas de continuar.
En cuanto el coche se puso en marcha y las luces interiores se apagaron, sentí como una mano se colaba entre el respaldo y la ventana para tocarme el brazo. En principio no le di importancia pues crei que era totalmente accidental, como no se retiró vi que Joana tenia ganas de jugar conmigo.
Amparada por la oscuridad y que Rocío se había dormido fue ganando terreno acariciándome a lo largo del brazo desde el codo hasta esconder la mano metiéndola por la manga. Era una sensación extraña y placentera. Yo iba un poco bebido y sentir que una mano anónima, sin cara, sin tatuajes, suave e incisiva me tocaba me daba un gustito al que no estaba dispuesto a renunciar.
El viaje de regreso se me hizo muy corto y al llegar tenía una erección monumental que no pasó desapercibida para Joana. Sentí un escalofrío como vi cómo me miraba, seguro que si pudiera se me comía entero.
Cada cual se fue a su respectiva habitación, y a pesar de mi erección, después de abrir la ventana que daba al patio para que se refrescara, me eche sobre la cama desnudo con intención de dormirme. La bebida y el cansancio me vencen y dejo la urgencia de mi polla para otro dia.
Al poco rato me desperté con la boca un poco reseca y una sensación extraña entre las piernas. Cuando me despejo lo suficiente me doy cuenta que alguien está tocándome la polla con mucho cuidado. No puede ser verdad!, es Joana.
No se cómo ha entrado aprovechando la oscuridad de la noche, es su casa y ella sabe ...