El secreto de Mirna
Fecha: 07/08/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: hecmat20, Fuente: CuentoRelatos
Pasaron 2 semanas para tener a Mirna en mi estudio otra vez a pesar de verla un par de veces en su trabajo. Mi interés hacia ella creció en los últimos días cuando ambos nos saludamos de lejos sonriendo, como guardando un secreto. Uno de esos días mientras estaba en reunión vi a una nueva vendedora del concesionario, una gringa de cuerpo ancho, duros senos, sexy y muy simpática. La observaba mientras ella caminaba por el local, sin importar que Mirna me viera. Total, Mirna no era nada mío. Mirna no solía vestirse tan arreglada por estar siempre tras la recepción, pero después de estar mirando a la gringa, ella comenzó a vestirse con ropa apretada y con tacos, haciéndola un poco más alta. Cuando Mirna pasa por mi lado, sin tacos, parece una niña de metro y medio y me hace sentir mal de desearla. Tiene 21 años, yo 37... pero igual quiero fotografiarla desnuda.
Elegimos un viernes 6 pm para la sesión de fotos con Mirna, se pudiera decir, fuera de horas de oficina para evitar interrupciones. Para alivio mío, vino con tacos haciéndola un poco más alta pero apretadísima, casi como mi ex cuando podía ver claramente su vagina sobre sus jeans de tela. Mirna se acerca, me sonríe y dice que está lista para esta sesión. Un poco nerviosa, Mirna con su jean azul, su blusa marrón y sonrisa bella comenzó a posar para mi lente. Se comenzó a soltar mientras la sesión avanzaba, se movía mejor que la vez anterior y posaba como se lo pedía. Mirna tiene una sonrisa muy fotogénica, no me gusta ...
... mucho su arete que lleva en la nariz solo por el hecho que la luz rebotaba en las fotos, haciéndolo brillar en algunas tomas.
En esos momentos de soledad, siempre me he masturbado pensando en Silvia, ella me chupaba la verga riquísimo, pero sobre todo lo hacía muy sensualmente, casi riéndose del placer que me daba, como chiquilla malcriada. Últimamente, he estado pensando en Mirna, en sus ojos achinados y su boca alrededor de mi verga, no he llegado a meterme una paja a su nombre, pero si me lamo los labios en poder besarla y tocarla.
A media sesión fotográfica, necesitaba que Mirna levantara la mirada hacia su izquierda mientras estaba parada de costado, al ser más baja que yo, su cabeza quedo mirándome desde abajo, y yo tocándole el mentón, se la levante más. Ella no me quito la mirada, mientras movía su cabeza desde su mentón, y comencé a dirigir su cabeza cada vez más hacia arriba, en dirección a la mía. Mirna no me dejaba de mirarme mis ojos y mis labios... Era ahora o nunca. Puse la cámara a un lado y la bese apasionadamente en los labios, sin lengua, pero mordiendo dulcemente y con mis manos en mi cintura acercándola hacia mí para que sienta como me excitaba, con mi pene aumentando su tamaño.
Los besos de Mirna comenzaron hacer más intensos, me atreví a meterle mano a su culo, acariciando sus nalgas e introduciendo mi mano entre sus piernas por atrás para tocar su vagina. Mirna no solo se dejó, pero comenzó a palpar mi erección con su mano izquierda, moviéndola ...