Solo para ti
Fecha: 13/08/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... amare.
Cuando oigo que me amas mi corazón se hincha y mi cuerpo responde excitándose, mis pezones se endurecen bajo mi fina blusa blanca y te das cuentas, miras mis pechos y mis pezones se endurecen aún más bajo tu mirada, sin poderlo evitar, miras hacia los lados y estiras tu mano, la punta de tus dedos rozan mi pezón y yo jadeo.
-cómo puedo evitar no desearte, dime que hago para no sentirme así en tu presencia nena
-no sé qué decirte, no sé cómo reaccionar, como voy a pedirte que no me desees… si me muero porque me toques.
Le gente a nuestro alrededor no imagina el suplicio que vivimos.
-ven conmigo nena, solo hoy, te necesito. Por favor
Tú te levantaste y tendiste la mano, yo no puedo decir más veces NO. Cogí tu mano y juntos salimos de esa cafetería, nos mezclamos entre la gente que paseaba en esa tarde invernal de un sitio a otro, nos mirábamos mientras tu mano acariciaba la mía, calentándola, haciendo que esa mínima caricia mandara corrientes eléctricas al resto de mi cuerpo.
Me senté en tu coche y salimos de la ciudad sin hablar, a veces es mejor no romper el silencio si no eres capaz de mejorarlo.
Por el camino paraste y llamaste por teléfono, yo sabía a quién y también sabía que le estabas diciendo, sabía que estabas excusándote, pidiendo un tiempo muerto a tu vida, un tiempo para nosotros, único.
Volviste a mi lado y tan solo me sonreíste, cuando llegamos al sitio cogiste de nuevo mi mano y juntos entramos en ese hotel, juntos subimos en ...
... el ascensor, yo olía tu perfume que enturbiaba mis sentidos, abriste la puerta y entre, cerraste tras de ti.
Me quede de pie en el centro de la habitación y te acercaste, abrazaste mi cintura y bajaste tu boca a la mía, me besaste y en ese momento sentí que ese sería el beso por el que mediría el resto de los besos de mi vida.
Pasamos no sé cuánto tiempo besándonos, sin hacer nada más que juntar nuestras bocas, nuestros labios, nuestras lenguas. Allí de pie subiste tus manos por mi espalda y un escalofrió recorrió mi columna vertebral.
Desabrochaste uno a uno los botones de mi camisa y la abriste sin quitarla, tu boca beso mi escote, toda la piel que escapaba al sujetador, suspirabas cada vez que notabas mi piel erizarse bajo tu lengua hambrienta. Desabrochaste mi falda que cayó a nuestros pies y sacaste la camisa por mis hombros, mis medias siguieron a mi falda y yo seguía atesorando cada movimiento tuyo para revivirlo mil veces el resto de mi vida.
Reuní el valor para desabrochar tu corbata, saque tu camisa del pantalón y empecé a desabrochar los botones, metí mis manos y por primera vez toque tu cuerpo, tu piel estaba caliente bajo mis dedos, aparte la camisa y bese cada milímetro de esa piel, tu suspirabas.
Desabroche el pantalón y poniéndome de rodillas lo baje lentamente, dejando solo tu ropa interior, que abarcaba tu sexo henchido, la tela estaba tirante y acerque mi boca, lamí hasta mojarla y note crecer aún más tu sexo, tu jadeabas flojo agarrado a mis ...