Samuel y Carmen
Fecha: 13/08/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... impresionó.
-Gracias Carmen por venir.- Dijo besándome en las mejillas, percibí su perfume tan embriagador como el.
-Gracias a usted por invitarme.-Dije sorprendida por aquel recibimiento, yo iba preparada para encontrarme con alguien en un frío despacho.
-Santiago, por favor, aunque parezca mayor solo tengo cincuenta años.-Dijo sujetándome la mano.
-No lo parece. -Y era verdad, tenía un rostro bastante bronceado, su pelo canoso pelo bien peinado y una ligera barba que tiraba a canosa pero que en ningún caso lo afeaba, y sobre todo sus ojos, grises profundos que parecían leerte la mente.
-Ya se ha ganado mi corazón.-Dijo pasando la mano por mi cintura para guiarme por una inmensa galería, me sentía rodeada de arte, seguro que habría museos que no tuvieran tantas obras como en aquella casa.-Veo que le gusta mi casa.-Dijo mientras caminábamos.
-Desde luego,no se para que me necesita a mi teniendo todas estas obras.
-Una buena pregunta Carmen, mi familia lleva más de cien años en el mundo del arte, pero para avanzar siempre es bueno descubrir a los jóvenes artistas es una manera de reciclar el pensamiento, imagínese que se hubieran quedado en el Renacimiento y no hubieran apostado por el Romanticismo, la historia se hubiera perdido tantas maravillas.-Santiago tenía una voz melosa, su mano colocada sobre mi cintura me transmitía el calor de sus palabras mientras me emborrachaba de las imágenes que rodeaban aquellos pasillos.-Por eso siempre mi familia apostó ...
... por las nuevas generaciones.-Dijo mirándome profundamente.
Al final llegamos a un salón presidido por una mesa de roble que hacía de despacho, la mano de Santiago había permanecido inamovible en mi cintura durante todo el recorrido y me sorprendí al no sentirme molesta por ello, no busque nada sexual en aquel gesto si no una manera de transmitir un acercamiento al sentido de mi presencia.
-Sentaos.-Dijo señalando dos sillas de madera tallada.
Alejandro y yo nos sentamos observando cómo Santiago se sentaba detrás de la mesa, daba la sensación de que estábamos como dos fríos delante del director esperando sus órdenes, la mesa estaba separada lo justo para que sintieras la diferencia de clase.
-Quiero que sepas que tienes talento.-Fueron sus primeras palabras, había apoyado los codos sobre la mesa para cogerse las manos, en una de ellas sobresalía un anillo con algún tipo de sello en oro.-Se que dudas de ello y por eso existimos nosotros, para abrir los ojos de los artistas que dudan y normalmente son los mejores, nunca apostaría por alguien que se creyera el mejor, si una persona se cree que está por encima de las otras jamás avanzará y su obra ira cayendo como las hojas de un árbol en otoño, por el contrario el que cree que su obra no es importante siempre permanece en lucha consigo mismo para mejorar y exprimirse buscando su obra.-Oía como salían las palabras de su boca suavemente pero firmes, como destilaba conocimiento por cada poro de su piel, me sentía atraída ...