1. Esta vida tan hermosa


    Fecha: 12/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Te amo por todo lo que eres, pero sobre todo por eso, porque eres tan hombre, y yo me siento tan tuya, tu objeto de placer, la hembra que has querido moldear, porque has hecho de mí lo que tú has querido tener. Jamás podría concebir mi vida sin ti...
    
    Sin dejar de mirarme con toda la ternura inundando sus ojos, tomó el teléfono y discó un número. Ya antes que ella hablara yo sabía quién sería el interlocutor.
    
    -¡Hola! Sí, soy yo... No, pelotudo, no te llamo por eso. Te llamo para agradecerte esta noche vivida con mi dueño... ¡No, tarado! -se rió con sarcasmo- Tu no alcanzas ni para aprendiz, pobrecito Rafael! Hablo de mi único dueño. Pero no importa; tu escaso coeficiente no alcanzaría si yo te explicara, por lo que olvídalo. Te llamo para decirte que no quiero verte, ni oírte, ni olerte y ni siquiera presentirte cerca de mí... Sí, así de simple, estúpido, te estoy dejando caer porque ya no nos sirves, adiós.
    
    Aquella vez di un paso más en la comprensión de la fascinante personalidad de Celia. Jamás tuve duda alguna de su amor que alcanzaba niveles siderales demostrados, incluso, hasta en su disposición de dar su vida por mí, como ocurrió en cierta ocasión que relataré en otra oportunidad. En cambio su actitud sexual, que hacía que mi existencia se encadenara todavía más a ella, era un pozo de misterios que quizás nunca llegaría a dilucidar por completo, pero que adivinaba lleno de fascinantes y maravillosas sorpresas que me correspondía a mí ir descubriendo y para lo ...
    ... cual no me bastaría la vida entera.
    
    Pasamos todo el resto de ese día retozando entre mimos y ternuras que sólo conocen los verdaderos enamorados, alternándolas con el frenesí de un sexo animal en el que ella se transformaba en una simple puta de la cual extraía yo el máximo placer que su carne podía ofrecerme, mientras ella me insultaba de la manera más soez que su perversidad podía sugerirle:
    
    -¿Estas rabioso, cabrón cornudo? ¡Todos me toman igual que tú, hijo de puta! Se gozan a tu hembra como les da la gana, hacen lo que ellos quieren y yo los dejo, tal como lo has visto porque soy una furcia reventada, corrida por el que se me quiera montar. ¿Quieres saber cuáles de tus amigos se han instalado entre mis piernas abiertas?
    
    Se reía sarcástica mientras yo loco de celos y furia, pero en medio del placer más sublime y excelso, le hundía el pene sin misericordia en el ano y la vagina que ella me ofrecía levantando el trasero. No, mis queridos lectores; nada en este mundo me haría cambiar un ápice de mi vida maravillosa junto a Celia, cuya calentura, pero también inteligencia, la hizo construir este mundo glorioso que compartimos y en el cual calzamos ambos a la perfección.
    
    A la mañana siguiente, después de la afiebrante jornada vivida con Celia en casa, entré a las oficinas de la empresa con el alma serena y rebozando mi alegría de vivir. Sabía que tras el saludo respetuoso y adulador del personal, estaba la maledicencia de los comentarios sobre mi escandalosa mujer y ...