Reír por no Llorar.
Fecha: 08/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
- A ver Beatriz: cuéntame una vez que te pasa, que estás muy rara.
- No sé ni por dónde empezar, Lola. Hace ya tiempo que quería hablar contigo pero... Es tan difícil encontrar una oportunidad de estar solas...
- Mira hermanita, siempre nos lo hemos contado todo...
- Si Lola, de pequeñas, de adolescentes, de jóvenes... Pero desde hace unos años nos debemos a nuestras familias. Desde que tuvimos hijos ya sabes, bueno, que nos hemos distanciado un poco. No te lo tomes como un reproche, que no lo es. La vida es así: yo soy la primera que no tengo tiempo para nada.
- Bueno, pues eso va a cambiar. Siempre hemos estado ahí cuando nos hemos necesitado, así que a partir de ahora, mínimo una vez a la semana vamos a quedar las dos solitas para merendar, desayunar o lo que sea. Para contarnos todo lo que nos ha pasado esa semana y para hacer terapia si hace falta.
- Eres un sol Lola. No sabes lo que necesito esto…
- Yo también te he echado mucho de menos.
- Pero si tienes un montón de amigas, sinvergüenza, que no paras en tu casa.
- Amigas, sí, pero tú eres mi única hermana. No te creas que puedo hablar con ellas las mismas cosas que contigo. Así que a ver, cuéntame qué te ha pasado con Roberto. Desde el principio y con tranquilidad, que tenemos toda la tarde...
- Bueno, pues vamos allá. Todo empezó hará un año y medio, cuando Roberto cumplió los 40. Hasta ahora siempre he pensado que eso de la crisis de los 40 es una gilipollez, cuando yo los cumplí para ...
... mí no significó nada, no noté ningún cambio especial. Pero para él fue como si se le hubieran alborotado las hormonas. No paraba de fijarse en todas las chicas de buen ver con las que nos cruzábamos en la calle. Había empezado a mirar también de forma distinta a mis amigas y a las vecinas. Que no es que antes no lo hiciera, ya sabes cómo son los hombres, siempre alguna risita, alguna miradita echan, son menos disimulados que nosotras, pero normalmente Roberto siempre había guardado la compostura. Pero es que ahora, estaba salido: a todas horas quería practicar sexo, como si tuviéramos 18 años y su actitud era como la de un adolescente en celo. Todo el mundo se daba cuenta de cómo miraba a las mujeres porque lo tenía pintado en la frente…Pues eso, que parecía que tenía 16 años en vez de 40. A mí me resulta incómodo y frustrante. Se ponía en evidencia y me ponía en evidencia a mí también.
- Pero no se lo dijiste…
- ¡Pues claro que lo hablamos! menuda neura que tenía, me puso la cabeza loca con historias de que si el tiempo vuela, que hay que aprovechar cada día, de que no se habían cumplido sus sueños de juventud, que si la rutina mataba la relación... En fin, que le dio de gordo. Menuda empanada mental.
De repente, se había dado cuenta de que era un señor de 40 años y que estaba en otra fase de su vida y eso no lo aceptaba. Cómo que tenía que autoafirmarse. Y claro, ya sabes lo que les pasa a los tíos, que parte de su autoafirmación pasa por volver a sentirse unos ...