El Probador
Fecha: 08/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... conocedor de que ya no tenía la menor oportunidad.
Seguía en aquel diminuto cuarto frente a él, intentaba tapar con mis brazos los pechos desnudos, mantenía el sujetador todavía en la mano sin ser consciente que ya no me lo iba a probar
Aquel desconocido se acercaba más y más por momentos, sus labios se situaron a escasos milímetros de mí boca, permaneció allí, permaneció por instantes disfrutando de mi miedo, degustando la imagen de mi cuerpo tembloroso que aceleraba la velocidad de la respiración.
Su lengua rozó mis labios, intenté zafarme, su mano sujeto mi rostro y volvió al ataque lamiendo las comisuras de mis labios, mientras, su cuerpo comenzaba a presionándome contra la pared.
- No sigas por favor… estoy casada, van a venir ya…
Lejos de aplacar sus intenciones, mis palabras echaron leña al fuego del momento. Sus labios se fundían con los míos, sentí su cálida lengua penetrar mi boca. Intente no corresponderle y permanecer inmóvil pero ya estaba perdida, rara vez la razón sale victoriosa en su lucha contra el deseo y esta no iba a ser una excepción.
Sin esfuerzo apartó las manos de mis pechos que quedaron desnudos frente a él. No pude evitar gemir al sentir el tacto de su mano estrujándolo con suavidad, mis manos se apoyaron a derecha e izquierda de aquel diminuto habitáculo intentando no perder el equilibrio.
Se inclinó y comenzó a lamer uno de los pechos que mantenía en su mano, su lengua recorrió las aureolas y comenzó a acariciar el pezón ...
... endurecido. Sus labios hacían el vacío mientras lo lamía con la lengua.
Introduje mi dedo en la boca para intentar no gemir, él siguió su camino de descenso por las curvas de mi cuerpo a la vez que se inclinaba, sus manos se posaron en mis caderas y dejaron caer braguitas que quedaron enganchadas en los tobillos. Sentí su respiración en mi sexo, me sentía húmeda, muy húmeda, sabía que en el momento de su lengua probase mi coño, él también lo descubriría.
Una de mis manos se posó en su cabeza animándole a seguir. Apoyé mi pierna izquierda sobre la banqueta y entonces lo sentí… no pude evitarlo, gemí como una gata en celo al descubrir el roce de su lengua acariciar mi clítoris. Volvió a la carga con pequeñas lamidas que lejos de aplacar mi deseo lo hacían más insoportable. Cada vez que su lengua me rozaba, un gemido de desesperación emanaba de mi boca.
Una mano se mantenía en la pared para intentar no perder el equilibrio, la otra presionaba su cabeza hacia mí, su lengua apartaba a su paso los labios vaginales y comenzaba a degustar los abundantes fluidos que emanaban de mí ser, sentí sus dedos abrirse paso entre las paredes de mi vagina, los sentí resbalar, presionando ligeramente para luego volver a salir.
- Ummmmm
Gemía cada vez que sus dedos me follaban. Hasta hace unos minutos era una madre y esposa responsable y recatada, una mujer que nunca había hecho nada incorrecto o inmoral, y ahora era una autentica zorra en celo, una vulgar prostituta que disfrutaba ...