1. Pasándolo bien en una convención


    Fecha: 11/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estás en la lista de personas que tienen que abandonar la empresa, y no es porque lo hayamos decidido nosotros, tenemos claro que haces muy buen trabajo, ha venido de los capullos de recursos humanos, pensamos que por tu antigüedad y el gasto que supondría tenerte más años en costes de indemnización por despido.
    
    No obstante yo sabía que la última palabra era de ellos y debido al ritmo de despidos de estos días atrás y el sitio donde nos encontrábamos, no iba a tener otra oportunidad como esta para inclinar la balanza hacia mí.
    
    Cuando llegó Carmen del aseo, me moví e hice el hueco central del sofá más pequeño, alegando que en mi lado se me clavaba en el muslo una madera de mi asiento y obligando a mi mujer a mantener contacto físico con Jorge. Cuando lo expliqué, tanto ella como Jorge, lo entendieron y me dijeron que no pasaba nada, que estaban cómodos. No obstante yo podía ver, como la mano derecha de Jorge rozaba el muslo izquierdo de mi mujer al estar tan pegados.
    
    El restaurante se empezó a llenar de gente, seguimos charlando entre todo el bullicio que había llegado a volumen casi ensordecedor.
    
    Viendo que los cuatro estábamos relajados, comencé a tocarle el muslo a mi mujer y ella lo aceptaba acariciándome la mano y lanzándome alguna sonrisa que otra.
    
    Jorge y Luis estaban hablando de sus esposas e hijos, y Carmen que había tomado cierta confianza con Jorge, plantó su mano izquierda en la rodilla derecha de Jorge, a lo que este soltó con sonrisa pícara– ...
    ... Cuidado Carmen, no me importa que me toques la pierna, pero si entrara mi mujer tendría problemas –todos, incluida ella, nos reímos y yo repliqué su broma.
    
    –No te preocupes Jorge, está su marido, yo, no creo que tu mujer se lo tome a mal –Carmen rió de nuevo –, además no soy celoso no pasa nada si se la tocas tú a ella –me incliné, tome la mano de Jorge y la puse sobre el muslo de mi mujer a una altura peligrosa. Jorge sonrió y masajeó el muslo de Carmen, Luis y yo hicimos un gesto de satisfacción
    
    En ese momento la sonrisa de Carmen se tornó en una expresión de mucha seriedad e incomodidad, retiró la mano de Jorge y se marchó con una excusa educada pero claramente falsa y que los tres sabíamos a que se debía.
    
    Nos quedamos muy cortados sin saber qué hacer– Chicos, voy a subir a hablar con mi mujer, si no bajo, ya nos vemos mañana por la mañana en la última sesión.
    
    Subí a la habitación y al entrar Carmen estaba recogiendo sus cosas como para largarse. No se giró cuando entré, tuve que agarrarla de su pequeño brazo para que me mirara y poder hablarle.
    
    Le expliqué los despidos que le había estado ocultando durante semanas, también le dije que estaba en la lista de prescindibles, que ellos dos tienen que tomar una decisión en los próximos días y que su desplante puede que haya sido el motivo por el cual se hiciera efectivo mi despido.
    
    Ella se sorprendió y me dio la razón en parte, sin embargo me echó en cara que esto había sido por mi culpa, no por la suya, y que a ver ...
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