La mamá de Joaquín
Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... chicos que conozco es tan puntual. Mamá dice que sólo hay que ser puntual para ir a la escuela o al trabajo.
—Hola.
La voz venía del lado opuesto a donde estaba mirando. Giré. El sol me dio en la cara, así que tuve que usar la mano como visera.
—Hola. —dije.
Me saludó con un beso en los labios. Agustina llevaba un vestido blanco, bastante largo y suelto. Totalmente diferente a los que usa mamá. Su pelo rubio, ondulado, esta vez estaba atado con una colita. Sus encantadoras pecas salpicaban su simpática nariz prominente. Sus ojos marrones claros brillaban bajo el sol de octubre.
—Que linda estás —le dije.
Cruzamos la calle, donde estaba la parada del dos treinta y seis. En Catán no hay cine, ni tampoco un centro comercial grande, así que decidimos pasar la tarde por Morón. Veríamos una película, y luego caminaríamos por la feria que se armaba todos los fines de semana en la plaza de Morón.
El bondi vino enseguida.
—Lindo día nos tocó. —comentó ella.
La ventanilla estaba abierta, y cuando el colectivo empezó a andar, el viento hizo bailar su pelo. Agustina tenía los ojos achinados debido a los rayos del sol. Era la chica más linda del mundo.
Aprovechamos el viaje de una hora para conocernos mejor. No pude evitar notar que había algo que no quería contarme. Y tratándose de una persona brutalmente sincera, como ella, ese no era un dato menor. ¿Tendría novio quizás?
—Y con tus viejos cómo te llevás. —me preguntó en un momento.
—Con mamá rebien ...
... —le dije. —es recopada. A veces parece más mi hermana que mi mamá.
—Seguramente la edad tiene que ver con eso. —comentó, ya que yo le había dicho que mamá me había parido muy joven. —¿Y tu papá?
—Papá… —se me hizo un nudo en el estómago, como sucede cuando hablo del viejo. — Creo que está enfermo.
Le conté todo. Cómo habíamos perdido el negocio con la crisis. Cómo papá se vino abajo, y ya no pudo salir de ese pozo. Desde hacía casi un año que era una especie de fantasma. Se levantaba sólo para comer e ir al trabajo. Hablaba poco. Ya no me preguntaba nada. Y como trabajaba de noche, nos veíamos muy poco.
—Quizá necesite ayuda. Profesional digo…—dijo Agustina.
Enseguida se dio cuenta que el tema me ponía mal y cambió de tema. En morón nos tomamos otro bondi hasta plaza oeste. No había muchas películas interesantes para ver. Pero el cine era un buen lugar para comerme a besos a Agus.
Mientras caminábamos, yo la abrazaba por la cintura. Me había dado cuenta, de que, a pesar de que era bastante delgada, y que usaba ropa suelta, su cuerpo tenía muchas curvas. Decidimos ver “El Bonaerense”, una peli de un tal Trapero, que en las revistas decían que era muy buen director.
Nos sentamos bien al fondo. No había mucha gente en el cine. Estábamos tomados de la mano. Habían pasado unos cuantos minutos, y yo todavía no me atrevía a apretarme a Agustina. Además, la peli estaba interesante, y no me la quería perder.
En eso siento la mano de Agus en mi bragueta. La miro ...