La mamá de Joaquín
Fecha: 16/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... necesitara.
Rubén
¿Qué es un autómata? Yo soy un autómata. Un hombre que anda por la vida, actuando más por inercia que por voluntad. Un hombre que ya no puede darle ningún consejo útil a su hijo. Un hombre que no puede hacer feliz a su mujer. Mi vida anterior es como un sueño hermoso, que duele hasta el fondo del alma recordar.
No merezco la preocupación de mi hijo. No merezco la culpa de mi mujer. Yo la abandoné antes de que ella me traicionara. Lo peor ¿o será lo mejor? Es que no me duele, más bien me libera.
Escribí las dos cartas una y otra vez. Las hice un bollo y las tiré a la basura. Recién ahora encuentro las palabras precisas. Las escribo, tomándome mi tiempo. Uso el horario del trabajo para hacerlo. El edificio que cuido está en silencio a las dos de la mañana. Sólo se escucha el ruido de los autos deslizándose por la avenida. Autos y colectivos sombríos que me llaman.
Leo las cartas por última vez. No están nada mal. Queda claro que no es culpa de ellos. Espero que lo entiendan. Van a sufrir, pero ahora también lo hacen.
Dejo las cartas en el cajón del escritorio. Me pongo de pie. Camino unos pasos por el hall. Abro la puerta grande del edificio. Una brisa fresca me pega en la cara. Me paro en la vereda.
Espero. Espero. Espero.
A lo lejos veo el colectivo. Viene rápido. No se detiene en la parada. Doy dos pasos hacia adelante. La bocina suena fuerte. Mis ojos se encandilan por las luces.
No tengo miedo.
Capítulo 7
Andrea
Estoy ...
... recostada sobre la cama, boca abajo. Hace calor, por lo que mi desnudez se siente agradable. La casa está silenciosa, más silenciosa que cuando Rubén todavía vivía. Es raro, pero es así. Es de esos silencios que hacen mucho ruido, que te obligan a conversar con tu consciencia.
Pero no quiero hacerlo. Ya derramé muchas lágrimas durante el último mes. Ya me sentí lo suficientemente culpable y asqueada de mí misma. Sí, a pesar de lo que decía la carta, así me siento.
Pero hoy no.
Hoy Joaquín se fue a pasar la noche con sus amigos de la escuela, y después se queda a dormir en lo de Ramoncito. Un buen chico Ramoncito. Ojalá todos sus compañeros fueran así. Pero la cuestión es que me quedo sola, y no quiero lidiar con mis fantasmas.
El fin de año se me viene encima. Joaquín ya está dejando la adolescencia, y yo descubro cada día nuevos surcos en mi cara. Son casi imperceptibles, pero ahí están. Y aunque no anuncien una prematura vejez, si evidencian el final de la juventud exacerbada, que, por momentos, absurdamente, creí que duraría para siempre.
Escucho el leve crujido de la puerta delantera. Le pedí que no hiciera ruido. Pero supongo que le resultó imposible.
Hago de cuenta que no me percaté de su presencia, que no escucho los pasos, casi imperceptibles, dirigiéndose a mi cuarto. Muevo la cabeza. Ahora la mejilla derecha está apoyada en la almohada. Miro en dirección contraria a la puerta de la habitación, la cual está abierta. Mi pelo está suelto, y con una ...