El surfista de Colombia y su vergota negra
Fecha: 03/10/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... haber suplicado por verga como lo hice aquella noche. Caminamos para buscar un taxi, íbamos como parejita enamorada caminando de trenecito, yo con su verga pegada a mis nalgas “para intentar disimular”, ya en el taxi nos besábamos con pasión aún con las miradas indiscretas del chofer, metió su mano bajo el vestido y lo dejé seguir; me ponía cachonda tener un mirón. Llegamos al hotel, entramos al elevador con una pareja mayor.
El hombre no me quitaba la vista de encima, Cano puso una mano sobre mis nalgas y salimos directo a su habitación, apenas cerró la puerta del cuarto que tenía asignado, cuando ya estábamos de nuevo tocándonos, mis manos no se apartaban de su inmenso y visiblemente bien dotado paquete sobre el pantalón, entonces ahora si metió las manos y apartó mi tanga de su sitio, toco levemente mi excitado ano y me dijo:
C- Mmmm… mojadito y depiladito. Que rica estás, ahora sí te voy a enseñar como coge un hombre negro a una niña como tú.
Me cargó con suma facilidad y me puso sobre la cama, subió mi vestido y me arrancó mi pequeña tanguita. Lo primero que sentí fueron besos en los muslos, en las ingles, abajo del ombligo y de pronto su lengua en mi verguita, la chupaba, la lambía, su legua hacía maravillas en mi pequeña cabecita, yo aprisionaba con mis piernas su cara, señal que mi cuerpo enviaba de manera natural de que el placer recibido era increíble. Mis jadeos se hicieron gritos pero no me dejó llegar al orgasmo, pues de pronto paró y me dijo:
C- ...
... Qué era lo que no podías hacer en la playa Paulina?
Entendiendo lo que deseaba, me levante y lo besé, sabía a mí. Le desabotoné la camisa, lo bese del cuello hacia abajo hasta que le desabroché el pantalón, dibuje su grande bulto por encima de su prenda interior y le plante un par de piquitos a la gorda cabeza, no quise retrasar más lo que se venía, le pedí que se recostara y le quite el bóxer junto con los pantalones.
Tenía su negra verga semi erecta, y ya de esa manera se apreciaba muy grande, ancha, venosa, la cabezota grande como una ciruela, sin un solo vello… como no iba a querer devorar semejante atributo masculino. Comencé mi trabajo oral con la plena intención de regalarle a este hombre la mejor mamada de su vida, así que lo primero que hice fue chuparle sus morenos huevotes mientras masturbaba su negra y gorda vergota, él me desabrochó el vestido del cuello y empezó a apretarme mis pequeñas bubis, mientras yo seguía deleitándome con el sabor típico de un hombre en sus zonas más erógenas, entonces decidí que era momento de brindar la misma atención al resto de esa rica verga, por lo que recorrí con mi lengua todo el largo de su pene, dibujando el contorno de las venas que se encargaban de dar la dureza y rigidez a esa barra gorda de carne de hombre, cuando llegué a la gran cabezota está ya estaba mojada por su delicioso líquido preseminal, lo engullí de un solo bocado y empecé a mamárselo con la experiencia que adquirí a lo largo de mi camino como puta, debido a ...