1. Todo puede ocurrir si bajas las escaleras sin bragas


    Fecha: 15/10/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... del interior del restaurante y nos perdimos entre las sombras dejando de que hablar en el cocktail y a los pocos minutos entrábamos por la puerta de su despacho porque quería enseñarme las vistas de Madrid en una noche de principios de verano.
    
    Sus manos se habían apoderado de mi cuerpo, bajando desde mis pechos hasta mi tripa y metiéndose por debajo del escote de mi vestido para subir una vez más por mi piel hasta mis pechos desnudos sin un sujetador que los cubra, los acariciaba con suavidad y metía mis pezones sorprendentemente sensibles y tremendamente duros y puntiagudos entre sus dedos, Ángel no paraba de besar mi cuello, de meterse los lóbulos de mis orejas en su boca a pesar de los aros grandes que llevaba como pendientes, estaba disfrutando de cada caricia que involuntariamente mi brazo derecho lo había elevado por encima de mi cabeza acariciando su pelo y su nuca, mientras que la mano izquierda voluntariamente acariciaba su pierna por encima del pantalón, yendo poco a poco cada vez más al centro del mismo hasta contactar con su pene en erección.
    
    Bajaba sus manos que recorrían mi tripa y un poco más abajo subían mi vestido hasta la cintura, en la frontera de mi piel con las bragas sus dedos empezaban a meterse sigilosamente por debajo de ellas, acariciaban mi bello, alcanzaban mi clítoris y se metían furtivamente en mi vagina, estaba muy húmeda, pero termine tras unos pocos minutos de meterme sus dedos en estar tremendamente mojada en mi interior, nuestros ...
    ... labios se habían buscado y se habían unido en un baile delicioso donde nuestras lenguas tuvieron más protagonismo, mis gemidos habían aparecido de repente y Ángel me hacía estremecer cada vez más cuando con unos dedos me penetraba y con otros acariciaba y redondeaba mi clítoris, miraba por la pared acristalada la ciudad en sombras con un baile de luces y yo me veía reflejada en ella jadeando con la boca abierta, con la boca desencajada de placer, con mi cuerpo culebreando y mi cintura moliéndose de un lado a otro apretándose contra él y sintiendo su pene erecto contra mí.
    
    Ángel se apartó de mi culpándose los dedos mojados con mi flujo y bajando de un salto se fue a su mesa, allí puso algo de música, apago las luces y encendió otras más suaves quedándonos casi en penumbra, poco a poco, despacio se acercaba a mi mirándome fijamente a la vez que dejaba caer parte de su ropa al suelo, yo le esperaba subida en aquella repisa, mirándole de frente y mordiéndome los labios me fui quitando el vestido, primero la cinta de un lado, luego la del otro y con un pequeño juego de mi cintura de lado a lado lo dejaba caer al suelo antes de que él llegara hasta mí, los dos nos mirábamos con pasión, la música suave empapaba el despacho y nos envolvía de romanticismo, baladas de amor, voces suaves sobre un fondo de violines y saxofones, Ángel desde abajo me cogió de la cintura y como si fuera una pluma me bajo hasta el suelo rozando nuestros cuerpos desnudos y besándome apasionadamente, empezó a ...
«1...345...»