Todo puede ocurrir si bajas las escaleras sin bragas
Fecha: 15/10/2022,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
Atracción entre compañeros de trabajo, entre un jefe que me trató muy bien, demasiado bien terminando entre sábanas blancas y todo debido a que un día le enseñé mi rajita bajando por las escaleras.
Las luces de su despacho se encendieron nada más pasar por la puerta y me sentí empequeñecer, era un despacho enorme con sus paredes prácticamente todas acristaladas con unas vistas de Madrid realmente impresionantes, en un lateral un piano negro, un sofá cheslón de cuero negro a su derecha con una mesa de café delante de él, en una esquina tenía su mesa de trabajo con varias pantallas encima de ella, justo al otro extremo de su mesa desde la esquina subían tres peldaños y a poco más de medio metro se elevaba a una especie de repisa con un suelo también acristalado que recorría todo un lateral hasta por detrás de su mesa, desde allí y subida en ella miraba el suelo de la calle que bajaba 70 pisos sobre el despacho y empezaba a notar el vértigo de verme en el aire tras pisar ese suelo acristalado debajo de mí.
Fue precisamente subida en aquella repisa cuando noté sus brazos rodeándome por primera vez, el vértigo había pasado en sus brazos y ahora me deleitaba con un cielo oscurecido y la ciudad de Madrid encendida, con una danza de luces que no tenía fin, Ángel me abrazaba por detrás rodeándome con sus fuertes brazos a la vez que me besaba el cuello, sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo de arriba abajo, subiéndome al paso de sus manos por mis muslos el vestido negro que ...
... llevaba y apoderándose de mis pechos apretándolos y haciéndome sentir la mujer más afortunada del mundo.
La primera vez que me fijé en él fue en el ascensor de la torre donde los dos trabajábamos, el de unos 40 años, muy guapo, con barba blanca de tres días, los ojos de color azul muy claro, pelo castaño, pero canoso, bien trajeado, perfumado, se notaba que era un hombre que se cuida, siempre iba con dos o tres periódicos bajo el brazo y cuando le observaba ponerse unas gafas redondas para devorar aquellas páginas de papel salmón llenas de gráficos y noticias económicas era cuando más guapo y más atractivo estaba, allí sentado solo mientras desayunaba o comía en el pequeño restaurante de dos plantas fuera de la torre al cual casi todos íbamos.
Me llamo Lara, tengo 24 años y estoy recién llegada a la empresa, Ángel es mi jefe, el dueño de esta consultoría económica con tanto prestigio hoy en día, una empresa que fue subiendo poco a poco desde sus inicios y que hoy es una de las más importantes del país y Ángel uno de los peces más cotizados y por lo que supe uno de los solteros más codiciados del papel cuché, el caso que nunca pensé que una persona así se pudiera fijar en mí y sin embargo… bueno pues, se fijó.
Todo empezó en el gimnasio, allí en la misma torre donde todos como personal de la consultoría tenemos un pase pagado por la empresa, nunca olvidaré aquel día después de más de cinco meses viéndole a diario, se dirigió a mí para decirme como podía estirar mejor ...