Pablo y la obsesión por las tetas de su madre
Fecha: 20/10/2022,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... interior de sus muslos lo tenía mojad. Se lo follé docenas de veces y después le di una palmada en él.
-¡Plaaas!
Cómo si de un perro fiel se tratase, Pablo, que seguía de pie al lado de la cama, ladró:
-¡¡No le pegues a mi madre que te meto un bocado!!
Matilda, le dijo a su hijo:
-Calla, hijo, calla y magrea mis tetas.
-¡¿Te gusta que te pegue?!
Le di con más fuerza otro azote con la palma de la mano en la otra nalga.
-¡Aaaaay! Me encanta, hijo, me encanta.
Pablo subió a la cama, metió las manos debajo del cuerpo de su madre y le amasó las tetas. Yo ya no paré de follarle el culo, de acariciar, de juntar y de separar sus nalgas y de follar su ojete con mi lengua. El culo se le abría y se le cerraba. Era demasiado grande la tentación. Froté la cabeza de mi polla mojada contra su ojete, lo detuve en la entrada. Al latir era cómo si besara la punta. Empujé un poquito y entró la mitad de la cabeza. Pablo, me dijo:
-¡¡Le vas a hacer daño, bruto!!
Matilde ya estaba empezando a estar hasta el coño de su hijo.
-¡Calla, Pablo! Mete, Quique.
Empujé y metí la cabeza. Matilda, mordiendo la almohada, bajo una mano al coño y comenzó a acariciarlo. Sus gemidos hacían que la polla de Pablo, dura cómo una piedra, mirase al techo, y luego bajase mirando al frente. Yo la veía y también sentía que Matilda se iba a correr. Le dije a mi amigo:
-Métele la polla a tu madre en la boca, Pablo.
Me miró cómo a un bicho raro.
-¡¿Estás loco?!
Matilda ...
... sintiendo mi polla entrar y salir de su culo le dijo:
-Mete, hijo, mete.
-Te llenaría la boca de leche, mamá.
Matilde ya estaba cómo se había de ir.
-¡Mete, coño! ¡¡Ay, ay, ay, ay que me corro!!
Pablo, le levantó la cabeza a su madre con una mano y le metió la polla en la boca. Fue sentir el contacto del glande con la lengua y correrse en la boca de su madre. Sentí cómo se aceleraban las contracciones del ojete sobre mi polla, y después cómo se espaciaban. Matilda estaba tragando la leche de su hijo y corriéndose cómo una bendita. No pude aguantar. Le llené el culo de leche.
Acabara de correrse Pablo en su boca, me acabara de correr yo en su culo y aún seguía ella corriéndose y gimiendo. Tuvo una corrida larga, larga, larga, tan larga que la dejó exhausta. Casi sin respiración.
Al ver cómo estaba su madre, me dijo Pablo:
-Creo que ya tuvo bastante. Debe tener el culo el coño rotos.
-Me da a mí que no, dale un par de minutos y está de nuevo cómo una rosa.
-No creo
Matilda, se dio la vuelta, y con la voz entrecortada, le dijo a su hijo:
-Pues debías de créelo, Pablito.
A Pablo, al volver a ver las tetas de su madre se le volvió a empinar. Yo me eché boca abajo entre las piernas de Matilda y le abrí el coño con dos dedos. Estaba tan lleno de mocos blanquecinos. Solo le veía la vagina cuando se abria, al cerrarse la volvían a tapar los mocos, Le di una lametada y se los limpié.
-¡Oooooh!
Matilda ya estaba de vuelta.
-Juega con mis ...