El regalo (Final)
Fecha: 21/10/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Ana901, Fuente: CuentoRelatos
... visto, no ya desnuda sino incluso en ropa interior.
-Ana. ¿Y tras lo del baño y la revista?
-Leo. ¿Ya quieres que te ponga cachonda de nuevo? Y aquí en la playa.
-Ana. ¿Qué pasa? Tengo curiosidad.
-Leo. Pues empecé a llevar más revistas a casa, las dejaba donde sabía que ella las encontraría, cada vez más subidas de tono. Estaba segura de que ella disfrutaba mucho con ellas y que nunca se atrevería a ir a un quiosco y comprarlas. También compré un video y una tele para mi habitación en casa y conseguí algunas cintas con porno lésbico.
-Ana. ¡Guau! Esas cintas quiero verlas yo.
-Leo. (dándome azotes cariñosos). ¿Te parece poco porno lésbico el que tienes aquí montado, tirándote a la madre y a la hija?
-Ana. Eso es cierto. Vamos, que crees que cuando tu regresabas conmigo a Salamanca ella hacia buen uso de tu habitación.
-Leo. Entre tu y yo, voy a quitarme las bragas, no hace calor, pero me gusta sentir la brisa del mar refrescando mi rajita.
Era incorregible, nos alejamos un poco de la orilla y en un recoveco entre rocas se quitó las bragas. Llevaba un vestidito, tipo tenis, que apenas le cubría el culo. ¡Por suerte no hacía viento! Leonor continúo contándome como su madre casi “mojigata” había ido saliendo del cascaron a los cuarenta y muchos hasta atreverse a hacerse la depilación láser el verano anterior. Hablaba con orgullo, pero sin vanidad del papel que ella había jugado. Nos encontramos con uno de sus amigos del pueblo y por un momento miré ...
... a mi alrededor para cerciorarme de que no había un sitio propicio para que follasen. Todavía recordaba mi rol de “vigía” el primer día de vacaciones. Leo se dio cuenta y cuando volvimos a estar solas bromeo con el desinterés que los hombres empezaban a producirle. Me hizo una confidencia que me dejo K.O.
-Leo. ¿Recuerdas que cuando nos vinimos aquí pase un par de días un poco preocupada?
-Ana. Perfectamente.
-Leo. Es que sabiendo que tú y mama os gustaríais dudaba si realmente quería que os conocieseis o guardarte solo para mí.
Apenas intercambiamos un par de frases en nuestro regreso a casa. Yo siempre había intentado no caer en el error de enamorarme de Leo, quererla solo como amiga, casi hermana y separar el sexo del amor, pero sus palabras me dejaron desarmada.
Serían ya las cinco cuando llegamos a casa y por como vestía Lara comprendí que esperaba a alguien, aunque no hacía calor, iba demasiado “tapada”. Leo y yo nos dimos una ducha, por separado, y yo no pude evitar que las palabras de Leo girasen y girasen alrededor de mi cabeza. Procuré mostrarme feliz ante Leo, sonreírle y asegurarme que no confundiese mi estupefacción ante su, casi declaración de amor, con enfado o contrariedad. Bromeé como tantas otras veces estirando mi pie descalzo y metiéndolo entre sus muslos mientras Lara nos llamaba al orden. Nos sentamos un rato en el salón a ver la tele, creo que las tres dormimos un rato de siesta hasta que un claxon nos despertó. Hoy es de lo más normal ...