Para eso está la familia
Fecha: 29/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pensamos que sería el momento perfecto para relajarnos y despejar nuestras mentes. También decidimos que ese año nos dejaríamos cuidar más y qué mejor que la familia para sentirse como los reyes de la casa. Pero cuando le dijimos a mi madre que iríamos a pasar unos días al pueblo con ellos se puso tan contenta que decidió convocar a toda la familia para hacer una gran comida, como cuando éramos pequeños. Esas cosas siempre la ponían nostálgica, recordando a mi padre, que había muerto diez años atrás.
Llegamos al pueblo la primera semana de agosto y desde el principio estuvimos a cuerpo de rey. Mi madre y mi tía nos prohibieron totalmente hacer nada de la casa y nos pasábamos los días dando paseos por el campo y yendo a remojarnos al río. Por las noches nos abrazábamos bajo el calor de la manta y nos dormíamos sin atrevernos a hacer demasiado ruido, ya que las camas eran antiguas y mi madre dormía en la habitación de al lado.
Unos días más tarde la casa se llenó de gente. Mi madre y mi tía se habían despertado de madrugada para hacer la comida y cuando nosotros bajamos a la cocina ésta estaba llena de ollas y pucheros hirviendo. Hacia media mañana empezó a llegar la gente: primas, primos, tíos y tías algunos de los cuales hacía 20 años que no veía. Sonia estaba saturada con tanta gente a su alrededor haciéndole preguntas de todo tipo, al fin y al cabo era la novedad del día para la mayoría de ellos.
Y entro todos los que se interesaron por Sonia dos se mostraron ...
... “muy” interesados. Mi madre siempre había echado pestes de mi tío Paco, el hermano mayor de mi padre. Era el típico perdonavidas machista que se había pasado toda la vida pensando que las mujeres estaban solo para su disfrute, aunque fuera visual. Llegó a la fiesta abriéndose paso entre gritos y carcajadas hasta que su olfato de macho detectó la carne fresca de Sonia. Enseguida se dió cuenta de que venía conmigo pero eso no le impidió despacharme con un simple “¡Sobrino!” y un copón y plantarse ante mi novia. Le tendió la mano sonriendo y presentándose y Sonia, un tanto aturdida por su forma de llegar, cayó en la trampa de apretarle la mano, movimiento que él aprovechó para estirarla hacia él mientras la rodeaba con la mano libre y le plantaba un par de sonoros besos en cada mejilla. El abrazo duró más de lo necesario mientras tío Paco se apretujaba contra mi novia y le palmeaba la espalda con la mano demasiado abajo para mi gusto.
Al separarse Sonia estaba sonrojada y un poco violentada, sin saber qué decir ni donde esconderse de la miradas indecentes de mi tío, que la repasó de arriba abajo deteniéndose a contemplar las formas redondas de sus pechos que se adivinaban bajo el recatado vestido de verano que llevaba. Cuando por fin la dejó ir, Sonia casi corrió a mi lado buscando refugio, pero entonces apareció el hijo mayor de mi tío Paco, Alberto.
Alberto siempre había sido el broncas de la familia. Grande y fuerte, avezado trabajar el campo desde pequeño, se había metido ...