1. Me cogí a la hermana de mi esposa (Parte 3)


    Fecha: 28/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: andreguz726, Fuente: CuentoRelatos

    Mi cuñada salió, salió algo mareada, con cara de felicidad.
    
    -Hermanita, ¿Qué tienes? – le dijo mi esposa tomándola de los brazos.
    
    -Nada hermana, es que me probé algo que nunca había visto y de tanto cambiarme cosas, me siento agotada, ¿vamos a la casa?
    
    Yo solo las miraba y sonreía, sabía lo que se venía esa noche, sabía que perfectamente, podía estar a la vez, con tres increíbles mujeres, a mi servicio.
    
    Nos fuimos a casa, al llegar pasé directo a la ducha, y no podía dejar de pensar, en lo rica que estaba mi cuñada, en sus deliciosas tetas y su increíble boca, de solo pensarlo, se me ponía todo de punta, tanto, que me daban ganas de jalármela, estas tres mujeres, me habían vuelto un insaciable.
    
    Terminé de ducharme esa noche, y al entrar a la habitación, estaba mi cuñada desnuda en la cama, con las piernas lo más abierta posible que había visto en una mujer, parecía de gimnasia, algo que siempre me había atraído, el pensar en abrir de piernas a una chica totalmente y cogérmela, y ver a mi cuñada en la cama de esa manera, masajeando sus senos, con sus dedos, rodeaba sus pezones y no dejaba de mirarme insistentemente, pero no dejaba de estar nervioso y asombrado.
    
    -¿qué haces aquí? – le dije en voz baja.
    
    -¿por qué susurras amor mío? – me dijo mi esposa llegando por atrás, tomándome fuerte de las nalgas, algo que le gustaba hacer mucho y mordiéndome la espalda. Mis ojos se abrieron de lo sorprendido que estaba.
    
    -Es que… -no terminé de hablar.
    
    -Es que ...
    ... nada amorcito, he visto cómo te comportas y creo que es momento de castigo – me dijo mi esposa tomándome fuerte de mis bolas, haciendo que mi pene se pusiera más tieso.
    
    -Pero amor… -no me dejaba hablar, y por alguna razón, no era capaz de refutarle lo que me decía, era verdad lo que decía, pero siempre sabía responderle.
    
    -Te quedarás ahí parado, no te tocaras, no harás nada, solo te quedarás ahí quietecito – me dijo mientras se subía a la cama sin dejar de verme, caminaba de espalda, apoyaba sus brazos y se iba hacia atrás hasta quedar en medio de las piernas de mi cuñada, la cual tomó de los grandes senos de mi esposa y lo que hacía e ella misma, se lo hacía a mi esposa y le besaba el cuello.
    
    Mi esposa sonrió al ver como mi pene pegó un pequeño salto, mostrando mi excitación al ver tal escena.
    
    -Vaya que eres un pervertido – me dijo mi esposa, llevando una de las manos de mi cuñada a su boca para comenzar a lamerla, sacaba uno de sus dedos de la boca y luego sacaba su lengua y con la punta, le lamía la mano, desde la muñeca hasta la punta del dedo, lo cual me hacía abrir mi boca y pasar saliva.
    
    Mi cuñada llevó la mano hasta los senos de mi esposa y le pellizco los pezones, le hacía todo lo que me gustaba, comenzó a bajar hasta llegar a la vagina de mi esposa, que abrió bien las piernas y mi cuñada puso sus piernas delante de las de mi esposa para que no las cerrara, abriéndolas más y en un momento de calentura extrema, comenzó a masturbar a mi esposa, a su ...
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