Me cogí a la hermana de mi esposa (Parte 3)
Fecha: 28/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: andreguz726, Fuente: CuentoRelatos
... hermana, lo que me excitó demasiado, veía como el clítoris de mi esposa se salía más, se volvía más grande, se hinchaba y enrojecía a medida que mi cuñada, movía sus dedos de arriba abajo.
-Acércate – me dijo gimiendo y si haber pasado un minuto, soltó un rico orgasmo en mi cuerpo, bañándome completamente, gimiendo y gritando tanto, que no podía evitar disfrutar tal momento, salió tanto liquido de su vagina que mi pecho quedó lleno y la cama un pequeño charco, y mi cuñada con sus manos, metía cuatro dedos en su vagina y al salir, le golpeaba le vagina, haciendo que sus chorros fueran extensos y fuertes, en un momento cerré mis ojos, si estuvieran ahí, sabría lo delicioso que fue ver a mi esposa ser masturbada por su hermana.
No podía más, necesitaba hacer algo, quería correrme también, mientras veía que mi esposa giraba su cara y en un beso largo, sacando la lengua, besaba a su hermana, mientras esta, con líquidos en la mano de su hermana, le masajeaba las tetas, dejándoselas brillantes.
Así que llevé mi mano a mi pene.
-No señor, así no son las reglas esta noche – me dijo mi suegra tomándome de las manos. ¡Lo que faltaba! Me decía mentalmente, mi sueño hasta cierto punto se hacía realidad, tenía a las tres mujeres más ricas y calientes que había conocido, en mi cuarto y desnudas.
Mi suegra traía unas corbatas e las manos.
-Suegrita, para que las corbatas.
-Ya veras, me dijo, amarrándolas en mis manos y pies.
-No, no, no – les decía – no me dejaré ...
... amarrar, quiero ser yo quien disfrute.
-Si no te dejas, no nos vas a disfrutar y nos salimos – me dijo mi suegra, a lo que mi cuñada y mi esposa, se acercaron, gateando en la cama, viendo en cuatro a las dos, con cara de perritas y con sus brazos acercaban más sus senos, haciéndolos más inmensos.
-No nos quieres coger – me dijeron prácticamente en coro, así que no tuve otra opción.
-Has lo que desees suegrita – le dije muy excitado, sin dejar de verlas y saborear, era un momento tan increíble, que parecía que me fuera a venir en ese momento y cada vez que lo recuerdo.
-Falta una – me dijo mi suegra.
-Pero donde si ya tengo mis manos, mis pies y una rodeando el cuello, que no sé si es para mis ojos luego o para mi cuello – estaba terminando de hablar, cuando mi suegra me puso una corbata en mi pene, me enrolló una corbata en mi pene, apretándolo lo justo para no lastimarme y no soltarse, y jaló de él un poco.
-Tenemos a la bestia para nosotras esta noche – le dijo mi suegra a sus hijas, las cuales se miraron y se bajaron de la cama y mi suegra jalándome hacia ella de mi pene, me hizo acostar en la cama.
Mi esposa y mi cuñada, cada uno por un lado, comenzaron a amarrarme a la cama, mientras mi suegra me mordía mi pecho y arañaba las costillas, cuando ya me amarraron, llevaron la que estaba en mi cuello a los ojos, no podía ver nada.
-No vas a vernos por ahora, pero vas a sentir – me dijeron, mientras sentía como por mis piernas, mi pecho y mi pene, colocaban ...