1. El día que me desvirgaron analmente


    Fecha: 28/11/2022, Categorías: No Consentido Autor: Sophia, Fuente: CuentoRelatos

    ... intimidad. Me hizo inclinar apoyando mis manos sobre la pared, frente al inodoro, mientras levantaba mi falda, toqueteando mi culo.
    
    Mi adrenalina se elevaba, mientras sus manos iban desplazando mi calzón, que con mi estado de alteración permitía cualquier cosa. Apenas quitó mi prenda, como pudo se arrodillo en el piso, llevando mi corto vestido hasta mi cintura, quedando mi trasero al descubierto para su entera disposición.
    
    Me lo tocaba asiduamente, oprimiendo con su dedo mi ano, hasta que su lengua lamia los bordes de mi esfínter, alterándome de tal forma, que me abría todo lo que podía para sentir ese contacto tan excitante.
    
    Nunca había tenido una experiencia de ese tipo, al que me entregue inmediatamente, hasta que sentí uno de sus dedos, introducirlo hábilmente en mi orificio. Mis gemidos se fueron acentuando mientras un segundo dedo acompañaba al primero, para iniciar un acompasado movimiento. Sin quitar sus dedos de mi conducto, intentó quitar mi vestido, colaborando en su intento, hasta quedar sin él.
    
    Dada la corta dimensión del retrete estaba en una posición bastante contenida, cuando se abrió la puerta del mismo, entrando en el cubículo otro de los muchachos que nos acompañaban, diferente al que yo había masturbado.
    
    Intenté detenerla en lo que estaba haciendo. Cuando Carla me dice, “Tranquila es mi hermano.” La miré sorprendida, como si su parentesco lo eximia de estar ahí.
    
    Intenté salir aunque esta chica me lo impidió, mientras seguía manoseando ...
    ... mi cuerpo, sin más, sacó su verga, uniéndose a nosotras, hurgando mi cuerpo desnudo, hasta que en determinado momento me inclinaron más sobre el retrete, con las piernas bien abiertas. Él se colocó atrás de mí mientras ella me abría las nalgas para que él friccionase su verga entre la unión de mis posaderas. Estaba temblando de miedo y sentía mi cuerpo adolorido y repleto de adrenalina, no sé si sentía excitación, o si lo deseaba, aunque intentaba impedir lo que se avecinaba.
    
    Nunca pensé que me sucedería algo así, pero no hice demasiado por impedirlo, aunque mi posición y lo chico del recinto impedía moverme, no sé si para no parecer una mojigata, o porque quería que realmente pasase, pero a pesar de eso traté de levantarme pero me empujó nuevamente por la espalda y me obligó a apoyar mi cuerpo sobre el excusado.
    
    Al hacer esto, mis orificios quedaron bien expuestos para lo que él quisiera hacerme. Entonces empecé a llorisquear, pero él no me hizo caso. Yo le rogaba que no lo hiciera pero me mantenía pegada contra el artefacto, obligándome a permanecer inmóvil. La chica acariciaba mis tetas, apretando mis tetillas, ese estado de victima parecía estimularme más, solo decía:
    
    “No, por favor” pero dejaba mi cuerpo, a sus intenciones. Sentía que su verga se paseaba entre mis nalgas, toqueteando mis orificios. Oh Dios mío, eso me excitaba, me volvía loca. Con cierto alivio sentí que la punta de su miembro se colocaba en mi ano y empezaba a empujar una y otra vez, pero mi ...