Lo que siguió en la noche con Stella
Fecha: 01/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos
... acercándose para servirme más, urgiéndome a que me tomara el contenido. Cosa que hice mientras él me acariciaba los pezones. Me llenó otra vez la copa y seguimos comiendo los bocadillos hasta que se terminaron y nos fuimos al sofá con nuestras copas. Como yo dejé la bata sobre la silla ya estaba en pelotas, así que le empecé a quitar la suya dándole besos y lamidas en la piel y cuando lo tuve desnudo, metí uno de los pezones en mi vino y se lo ofrecí remembrando aquella noche del embarazo. Él mojó su pene en vino y continuamos la remembranza bebiendo el vino desde nuestra piel hasta que la botella se agotó.
–¡Waw, qué descriptiva! –exclamé tomándole la mano dándole un beso en la muñeca y pasando el otro brazo por su espalda.
–Sí, se nota que lo cuento bien –me dijo volviendo a apretar repetidamente mi herramienta y continuó su relato–. Me tomó de los brazos y los extendió hacia arriba para oler y lamer mis axilas. Imagina cómo olía después de no bañarme y con tanto ejercicio hecho en la cama, en el comedor y en la sala, con mi macho colocándome en todas las posiciones que quiso y el sudor de tanto movimiento frenético en cada vez, ya fuera sobre la mesa el sillón y el colchón. Le gusta olerme y se excita mucho cuando se concentra en la piel el olor que provoca la fornicación. “¡Hueles a puta muy cogida, mi amor!” dijo cuando me cargó para llevarme a la cama, donde sólo hizo las cobijas a un lado para dejarme caer sobre el colchón salpicado de los pelos que el fragor nos ...
... arrancó a mi macho y a mí. Continuó con la tarea que había iniciado con el vino y la lengua, metió su cara entre mis piernas y me limpió las ingles. Su lengua subió y succionó labios interiores y clítoris provocando mi entusiasmo por hacer lo mismo y se lo supliqué “Yo también quiero mamarte, acomódate bien”. Sin despegar los labios de mi sexo, se acomodó en un 69 que, de vez en cuando suspendía para señalar “Te cogieron mucho, Stella puta, ¡estás riquísima!” y volvía su lengua a provocar más orgasmos en el viaje delicioso desde el interior de mi raja, luego el periné para llegar a mi esfínter donde metía la punta de su ápice lingual. ¡Yo también estaba desatada! mi lengua recorría el tronco, los huevos que en cada viaje succionaba por turnos, me esmeré chupando el glande antes de meterme su falo hasta sentirlo en la garganta donde me soltó un generoso chorro de semen que al sentirlo hice la cabeza hacia atrás para que el siguiente trallazo inundara mi boca y pudiera saborearlo, Después de eso, quedo yerto, lo cual aproveché para acomodarme sobre él y compartirle mi buche de semen en un beso que disfrutamos. Después de descansar, con besos lo volvía excitar y me lo metió, yo cabalgué un poco hasta sentir un tercer escurrimiento de su amor líquido. y dormimos empiernados. Al día siguiente, me desperté sintiendo su lengua en el interior de mi vagina mientras que sus manos amasaban mis tetas. Lo dejé que saboreara el fermento del atole, que concluyó con el saludo mañanero de un ...