1. El ayudante (Cap. 9): Irene a espaldas de su novio (I)


    Fecha: 04/12/2022, Categorías: Hetero Autor: JoKe316, Fuente: CuentoRelatos

    ... una y otra vez la piel de su cuello y hombro buscando embriagarse de su dulce esencia a mujer. “no, no es verdad- ¡NNH!” Y casi se le escapa un gritito al recibir una embestida contra su retaguardia. Algo muy duro y robusto hundiéndose en su cola alzadita, aún abrazada por la ceñida tela de su corto vestido negro.
    
    Luego siguió la caliente boca de su Ayudante. Ya no contento con sólo aspirar su aroma, el malvado hombre comenzó a comerse su cuello y hombro desnudos con lascivos chupones y lamidas. Jadeó sofocada por la situación, su mirada clavada en la cabellera negra de su novio que sobresalía apenas por la cabecera del sillón, ¿Cómo no se daba cuenta de lo que le estaban haciendo frente a sus narices?
    
    Mientras repartían más besos y calientes chupones por toda la piel que enseñaba el tallado vestido, la hermosa Idol se sostuvo como pudo con sus manos afirmadas a la encimera, sacando pecho, como dando resistencia, aunque lo único que lograba era que más y más de su piel fuera bañada en la saliva del contrario. Sentía el calor de sus mejillas sonrojadas, el calor de la boca ajena recorriendo su espalda y cuello pecaminosamente, y el calor de su propia intimidad que comenzaba a mojarse, humedeciendo y ensuciando su ropita interior.
    
    Las cosas se le estaban saliendo de control, y respirando agitada intentó buscar la salida más cercana de tal aprieto. Contrario a lo que la razón dictaría en tal situación, no empujó o intentó alejarse del hombre que la atacaba con ...
    ... lujuria, sino que buscó con sus manos el vaso más cercano y las botellas con alcohol para preparar el dichoso trago que la sacaría de las garras de ese malvado hombre y la devolverían a su despistado novio, ¿Eso era lo que quería, no? Si terminaba el trago, la dejarían libre.
    
    Pero era difícil concentrarse en algo así cuando una experta boca te comía a besos en las zonas más sensibles y erógenas de tu cuello y espalda. Dios, hasta el lóbulo de su oreja recibió el trato de esos calientes labios mientras unas enormes manos comenzaban a masajear sus modestos pechos aún cubiertos por el vestido y su sujetador.
    
    “E-es que, ¿Nno tuvo suficiente con, con, hnm, Yeri?” Sus manos, temblorosas, intentaron dar el primer paso a preparar el trago, buscando abrir la botella con una bebida que ni siquiera conocía. Pero se detuvo al sentir una nueva embestida de esa enorme cosa, afirmándose implacable a la perfecta y dura manzanita de retaguardia que ella poseía. Tal vez vestirse de esa forma no había sido la mejor idea después de todo.
    
    “Yeri aún está descansando en su cuarto. Ahora sólo estamos tú y yo.” La voz ronca de su Ayudante era casi tan embriagante como su cálido aliento acariciando la piel de su oreja con cada palabra. “Bueno, y él, ¿Crees que tu noviecito nos quiera ver?”
    
    La Idol tuvo que arrugar el puente de su nariz al escuchar el tono con el que expresó tales palabras. No había burla, sólo certeza. Una indomable confianza de que aquel acto continuaría, lo quisiera su novio o ...
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