1. Rosa, mi profesora


    Fecha: 05/12/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... poniendo mala…
    
    En ese momento di un paso más allá. Solté mi brazo derecho de su cintura y me dispuse a subirle la falda. Quería comprobar cómo de cachonda estaba. Si metía mi mano dentro de sus braguitas podría confirmar su nivel de excitación.
    
    Pero… no pude meterle la mano dentro de las bragas… porque no llevaba ropa interior.
    
    Mis dedos rozaron su pubis. Tenía algo de pelo, pero recortadito. Poco a poco, mientras se lo acariciaba fui bajando. Llegué a la vulva. Como no podía ser de otra manera, estaba empapada. Soltó un gemido fuerte.
    
    - Estás muy mojada. – Le dije muy bajito al oído.
    
    - Isma… - dijo ella entre gemidos - …yo lubrico mucho cuando me excito.
    
    Le acaricié los labios, esparciendo su humedad por todo su sexo. Le metí ligeramente un dedo por la vagina para coger un poco de flujo y llevárselo al clítoris. Se estremeció. Empecé a frotárselo despacito. Sus gemidos disminuyeron en intensidad pero aumentaron el ritmo. Dejó de acariciarme el pelo para agarrármelo. Mi pene estaba más duro que nunca y se lo apretaba contra su culo para que lo notase.
    
    - La tienes… - dijo entre gemidos - … muy dura.
    
    Rosa dirigió su otra mano hasta mi paquete y me lo agarró. Mi polla estaba atrapada, deseando salir. Por eso ella se apresuró a bajarme la cremallera del pantalón como pudo, porque además de hacerlo de espaldas también estaba muy nerviosa. Me la sacó con dificultad, la tengo muy grande y estaba muy dura. Después la recorrió suavemente con la mano antes de ...
    ... agarrarla con fuerza.
    
    - Métemela. – Ordenó mientras me apretaba. Procedí a hacerle caso y con la mano que tenía libre le levanté la falda. Ella me la soltó y se inclinó un poco para facilitar la inminente penetración. Ahora yo cogí mi polla y la coloqué en la entrada de su empapada vagina. Ella en todo momento mantuvo su respiración agitada.
    
    - Pensé que me la ibas a meter por detrás.
    
    - Te la meto por donde tú quieras, cariño.
    
    - Seguro que te mueres de ganas de darme por detrás.
    
    - Pues sí, no te voy a engañar. Me encanta tu culo y te quiero hacer el amor por ahí.
    
    - A los tíos os encanta mi culo, y a mí que me lo penetréis, más.
    
    No cabía duda. Rosa era una mujer muy promiscua y atrevida en el sexo. Le gusta el sexo anal. Ansioso froté mi duro pene por su vulva para recoger su flujo y después lo dirigí hacia su ano. Entró con asombrosa facilidad. Se la metía y se la sacaba poco a poco sin problemas, como si ya estuviera lubricada de antes. Aun así su agujero estaba apretadito y era súper placentero para mí.
    
    - Dios Rosa, me encanta…. Ah… ah… - Gemí en su oído. – Si te hago daño dímelo... ah...
    
    - Ah… tranquilo… no me duele… ah… ah… me gusta…
    
    Mientras la penetraba por ahí, la agarraba fuerte y no dejé de darle besitos. Era un momento muy intenso y pasional.
    
    - Ah… sí… dame… sí…
    
    Sus palabras me pusieron más cachondo y aumenté ligeramente el ritmo y la profundidad. Mi polla y su ano encajaban a la perfección. Ella hacía presión cerrándolo a voluntad ...