1. Mi vecina caliente


    Fecha: 09/12/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mandé.
    
    - Porque has intentado abrir la puerta de mi casa.
    
    No sonaba molesta por ello, de hecho, acompañó el mensaje con varios emoticonos riéndose. Imagino que estaría aliviada de que no fuera ningún ladrón. Con mi vejiga ya vacía, regrese a mi habitación. Miré por la ventana y allí estaba, vestida con solo una camiseta promocional de alguna actividad, sentada en la cama mirándome sonriente. Solo la iluminaba la luz que venía de la calle. Parecía divertida con la situación. Mi móvil vibró.
    
    - ¿Has bebido?- Me preguntó.
    
    - Sí, un poco.
    
    - Un mucho querrás decir.
    
    Y ahí estaba yo, vestido únicamente con mis calzoncillos (Había dejado el resto de ropa en el cesto para lavarla), sentado en la cama, hablando con mi vecina. La verdad es que no podía pedir mejor cierre de noche. Podía disfrutar de sus piernas desnudas y desear que se pusiera en pie para ver que tenía debajo. No sé que me ponía mas, si imaginarme que tenía ropa interior o que no llevara nada, lo único que sé es que se me estaba formando una erección terrible.
    
    - Por cierto, ¡Feliz Cumpleaños! – Me dijo.
    
    - Gracias.- Me gustaba que se hubiera acordado.
    
    - ¿Qué quieres de regalo? Mañana puedo salir y comprártelo. No te pases de listo o te regalare ropa.
    
    La pregunta me pilló por sorpresa, la verdad es que siempre me regalaba algo, pero no tenía nada en mente. A lo mejor fue el alcohol que me nubló el juicio o que sus piernas habían despertado algo en mí, pero el caso es que vi, como si fuera una ...
    ... película, unos dedos que no parecían los míos escribir:
    
    - Quiero ver que tienes puesto.
    
    Y enviar. Levante la cabeza y vi, como sus ojos se abrían sorprendidos. Pensé que se iba a enfadar o, como mínimo, mirarme indignada y negarse por completo. Incluso temí que amenazara con decírselo a mi madre. Permaneció por unos segundos que me parecieron minutos, en los cuales me arrepentí profundamente de habérselo pedido. De hecho, ya estaba escribiendo un mensaje pidiéndole perdón, diciéndole que había sido una broma de mal gusto por la borrachera cuando me respondió.
    
    - Vale.
    
    Me quedé mirando esa única palabra como si no supiera lo que significaba. Luego la mire a ella y nuestras miradas se cruzaron. Sonrió. Alargó una mano para encender la luz de su mesilla de noche. Mientras, se daba la vuelta, poniéndose a cuatro patas. Levanto el culo dejándome una perfecta visión de su pálido culo y una tira negra muy pequeña cubriendo sus zonas más íntimas. Era un tanga negro precioso. Noté como toda la sangre de mi cuerpo se iba a una zona muy particular. Se levanto como una tienda de campaña en mis calzoncillos. Tuve que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no comenzar a pajearme en ese momento.
    
    Comenzó a mover el culo arriba y abajo. Podía ver como sus nalgas rebotaban. Parecían de gelatina. Estaba hipnotizado con la visión. Mi calzoncillo empezó a mojarse de líquido pre seminal donde rozaba con mi glande.
    
    - ¿Te gusta? – Me preguntó.
    
    Asentí como un tonto antes de ...