Un clavo saca otro clavo
Fecha: 13/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi nombre es Rita, y no me voy a molestar en censurar los nombres reales. Quiero ser lo más honesta posible con lo que ha pasado… Total, dudo que nadie que nos conozca llegue a leerlo nunca; y ahora mismo, lo que necesito es desahogarme. ¿Qué mejor manera hay de hacerlo que contándolo todo?
Tengo veintisiete años y soy una chica española de nacimiento. Comparto piso con mi mejor amigo desde hace unos tres años y se llama Pablo. Desde hacía un año salía con una chica, pero estar locamente enamorados no les impidió acabar mal entre ellos. Este domingo, hace pocos días, la feliz pareja tuvo la genial idea de probar algo nuevo y, ella, fue la privilegiada que pudo tener sexo con otro chico frente a su novio a modo de experimento. Spoiler: Acabó mal.
Para que empaticéis más conmigo: Pablo es un buen chico; encajamos a la perfección para convivir y la discusión más fuerte que hemos tenido es sobre quien elije que serie se ve en Netflix. Cada uno respeta al otro y no incomodamos al otro con desorden e inmundicia.
También, he de decir que soy una chica con bastante amor propio: Soy una pajera compulsiva o una folladora nata hasta el punto de haberme masturbado únicamente con mi propio reflejo. Me considero guapa y sexy, me gusta salir en las fotos y no tengo ningún tipo de dificultad para liarme con chicos.
A Pablo lo tengo acostumbrado a que mis ligues entren en casa; siempre hemos tratado ese tema con naturalidad y hasta hemos gastado bromas sobre ello. Por eso, ...
... puedo garantizar, que nunca había existido una tensión sexual entre nosotros. Bueno, quizá si que lo pensé alguna vez. Estar soltera y convivir con un chico soltero nos tienta a pecar… Pero nunca llegamos a arriesgar nuestra convivencia en ese aspecto. Estábamos demasiado cómodos viviendo juntos como para desear estropearlo todo.
Por desgracia, no todo dura para siempre. Y tras tres años de perfecta convivencia le tuvo que suceder esto. Algo que, sin darme cuenta, me unió emocionalmente a mi compañero de vivienda mucho más de lo que me habría gustado inicialmente.
Lo reconozco: Algunas veces llegué a estar celosa de Nicole –la pareja de Pablo-, es verdad. Si bien eran celos sanos, llegué a hacerme una amiga suya y a tolerar su presencia. Alguna vez quizás la envidié por tener algo con él; tal vez porque en el fondo, si no conviviese con él, también me lo habría cepillado.
Y tras abrirle las puertas de mi casa, lo traiciona. Decía estar locamente enamorada de él, pero este último domingo me encontré a Pablo llorando arrodillado frente a la puerta de su cuarto. En el cual, se oían gemidos y voces…
No pude consolarlo, y me partió el corazón verlo así. Por eso mi opinión sobre Nicole se agrió al instante hasta el punto de odiarla y despreciarla. La pena que sentí por Pablo, en cambio, se tornó en una especie de manto protector que me hacía velar por él. Verlo reír, animarlo y consolarlo en lo que fuese necesario. Llegué a pensar, cuando lo abracé en el sofá mientras su ...