La masajista masajeada
Fecha: 21/12/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Jan, Fuente: CuentoRelatos
... muy largo y duro, entiendo que no es una trabajo fácil, noto sus respiraciones cada vez más largar y profundas, como si estuviera entrando en sueño, le pido permiso para levantarme y me asiente con la cabeza, sigue con los ojos cerrados, yo estoy mucho más relajado y expectante, a la vez que mi excitación sexual se va mesurando.
Me siento sobre mis rodillas en sus pies, hay varios aceites esenciales en cuenco como medio coco, me unto las manos, lo caliento con las palmas de mis mano, empiezo a acariciar sus pies, el puente de su pies, los dedos perfectos y cuidados de su pies, dedo a dedo, entre los dedos, dibujo círculos de pequeños a grandes en sus tobillos, me gusta, su piel es tal como la soñaba, mi sexo empieza a empalmarse de nuevo, ella sigue respirando y con los ojos entre abiertos, me deja hacer, me deja acariciarla, voy de los tobillos a los pies, de arriba hacia abajo, que piel madre mía, que placer, mi pareo ya no aguanta por el movimiento, levanto los ojos y veo su entrepierna, el culote blanco puro que había escogido, le separo un poco las piernas para verlo mejor, se deja, mis manos se deslizan con total impunidad por su pies, tobillos y rodillas, suben y bajan, hacen presión en los muslos, esparzo aceite por sus piernas, piel dorada, suave, fresca a veces, caliente otras veces, me estoy recreando mucho, de los pequeños movimientos su kimono negro se va abriendo, dejando parte de su cuerpo al aire, todavía no alcanzo a ver su pechos, aunque los intuyo, veo ...
... su ombligo, me gusta, mis manos suben un poco más arriba de las rodillas, por su muslos, le acaricio la parte interior de sus muslos, se mueve lentamente, arquea las caderas, baila sus caderas a mi vista, mientras una mano acaricia el interior de sus muslos, con la otra mis dedos recorren las costuras de su biquini, mi mano se deposita sobre su monte venus, el hueso púbico de las mujeres, la palma de mi mano a noventa grados sobre su monte venus y su vagina, por encima del biquini, mis manos no cesan de tocar, de acariciar aquel cuerpo de mujer, mi erección es grande, tanto movimiento me ha caído el pareo que estoy desnudo y empalmado delante de ella, pero ella sigue respirando y dejándome hacer, sólo algún largo suspiro de bienestar, sus caderas se mueven suavemente a ritmo de su respiración y la mía.
Ya totalmente desnudo y empalmado, me siento sobre mis rodillas, pero esta vez con su cabeza reposando sobre mis piernas, suena una música potente de piano de fondo, la oigo respirar y gemir, me dibuja pequeñas sonrisas en su cara, se recoge el pelo y se hace una cola de caballo para que no estorbe, le toco la sien, les recorro las cejas, la frente, dibujo con mis dedos su nariz, el contorno de su ojos, todo el tacto es muy suave, excitante para mi, las emociones y sensaciones recorren todo mi cuerpo, con los ojos cerrados se abre de par en par el kimono, y allí están su pechos perfectos, dorados, con pezones grandes y oscuros, espero no correrme ahora, necesito más tacto, ...