1. Piratas y la hija del hacendado


    Fecha: 21/12/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Fatiga2021, Fuente: CuentoRelatos

    ... porque nadie tenga los cincuenta peniques que pidió el capitán.
    
    Pero Sheefield se equivocaba, si había alguien que los tenía y ese era Lambrish.
    
    —Aquí están mis cincuenta peniques, señor Sheefield
    
    —Mala suerte muchacha, te va a romper el culo, Lambrish es un animal —dijo Sheefield a la vez que eyaculaba sobre la espalda de Julia.
    
    Lambrish se acercó a Julia, sacó su pene de veinticinco centímetros de largo por seis de diámetro y lo apoyo en la baranda junto a la cara de ella.
    
    —Ves esto? Esto va directo a tu culo y me aseguraré de que sufras!
    
    —Nooo! Por favor! Es muy grande y grueso! No entrara, me vas a rasgar! —Dijo Julia llena de miedo y angustia, moviendo el cuerpo de un lado a otro dando pequeños pasos laterales en un intento de evitar lo inevitable.
    
    Lambrish la sujetó por las caderas, apoyó su glande en la puerta de su ano y empujo de un golpe, haciendo dar un grito de dolor, angustia y desesperación a la pobre Julia que solo podía gemir y llorar ante aquel bruto que la sodomizaba con salvajismo, gozando de su dolor y sus gemidos.
    
    —Te duele? Te duele tu culito? Pues más duro te daré, no todos los días se tiene una linda señorita de sociedad para follarle el culo.
    
    —Aaahh, por favor ya basta! —Gritaba y lloraba Julia al sentir su culo ser abierto.
    
    —Disfrútalo, lindura, pronto te gustará y pedirás más, ya lo veras!
    
    Lambrish la sacó de su culo, lo acerco a su cara y allí eyaculó, sobre el delicado rostro de ella.
    
    —Liberadla —ordenó Morgan— ...
    ... ya es hora del juego final!
    
    La soltaron de sus ataduras y la llevaron a la bodega, allí la dejaron desnuda durante horas, en medio de las ratas y su orina, volvieron a buscarla.
    
    —Ya nos hemos puesto de acuerdo en el orden que llevaremos en el siguiente juego, como el capitán se siente bondadoso ha decidido que cada hombre que posea un título de propiedad y lo ponga como garantía de pago, podrá hacerte querida niña, lo que le plazca.
    
    La llevaron al medio de la cubierta, pero solo cinco poseían un título que presentar, así que los demás no tuvieron más remedio que solo observar y masturbarse.
    
    El primero se acercó a ella y le metió su pene en la boca, hacía meses que no se bañaba, tenía un olor nauseabundo y no digamos su sabor. Julia se estremecía del asco y la repulsión. El segundo la tendió en el piso y le follo el coño con violencia, en ese momento Julia agradeció a Sheefield haberla desvirgado. Mientras tenia aquel pene en su boca, Julia sintió un líquido caliente y agrio en su garganta, “que era aquello? No podía ser! El hombre se estaba orinando en su boca!”
    
    Luego llegaron tres hermanos que quisieron hacerlo juntos, uno se tendió en el piso, julia a estas alturas ya se dejaba llevar, se colocó a horcajadas y penetro su coño comenzando una cabalgata descontrolada, el segundo la inclinó hacia adelante y le penetro su ano. Julia gritaba presa del dolor y placer de sentirse poseída por ambos huecos. El tercero se lo metió en la boca y le follo la garganta con ...
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