Regalando ajuar de novia
Fecha: 22/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Una compañera de la empresa y muy buena amiga, había quedado con su novio en contraer matrimonio dentro de poco. Ella se llama Judith y en aquel entonces ella tenía treinta y cinco años, es muy conservadora y bastante tradicional, y algunos amigos pensaban que hasta era virgen por lo recatada que era. Tenía un cuerpo más bien delgado, pero de muy buen ver, aunque realmente por la vestimenta que acostumbrada a llevar tampoco se le veía mucho.
Mi nombre es Raúl, y en la fecha en que ocurrieron los hechos acabada de cumplir los 54 años, estando divorciado, y según el parecer de mis amigos, mantengo buen físico, el cual sigo cuidando con la práctica de deporte y buena alimentación.
Judith solo tenía a su madre, y varios hermanos todos casados, conociendo que sus recursos, eran bastante exiguos. Me había comentado que tenía dificultades para encontrar padrinos de boda. Por ello, tras pensarlo, me ofrecí a ser padrino y que fuera la madrina, su propia madre. Ante mi ofrecimiento acepto encantada, mostrando una cara de completo agadecimiento.
Su prometido es un hombre de unos cincuenta y tanto años, llamado Ernesto, bastante mayor para ella. Sin embargo se le conocía por ser muy trabajador y sobre todo tachado a la antigua, siendo por lo tanto conservador como su familia. Tenía un pequeño negocio de ferretería, y nunca se había casado ni se le conocía mujer. A veces me preguntaba, como Judith se había podido enamorar de aquel hombre. Era evidente que la influencia de su ...
... madre fue el acicate.
Hablando del posible reglo de boda, me indicó que lo que más le urgía era el traje de novia. Su madre con sus escasos recursos, no podía regalárselo, por lo que tendría que adquirirlo ella. Yo me ofrecí a regalárselo. Judith se puso muy contenta, ya que eso no lo esperaba. Para ello se fue a tomar las medidas y quedamos que cuando estuviera el traje, yo mismo se lo llevaría a su casa.
Cuando me llamó el sastre indicándome que ya estaba acabado, pase a abonar la factura y recoger el mismo. La verdad es que era muy bonito. Por supuesto, que para completar el ajuar, decidí que lo adecuado era adquirir la lencería interior, la cual escogí personalmente, buscando que esta fuera algo provocativa, tipo tanga que apenas cubría su pubis, y además muy transparente, y en la parte trasera un pequeño hilo dental. El sostén debería realzar sus pechos, pero dejando entrever sus pezones.
La verdad es que era muy atrevido, y quizás muy agresivo para mi compañera de trabajo, pero la empleada de la tienda me animo diciendo que “era muy sensual para un día de bodas”. Igualmente le adquirí las medias, portaligas y el corset.
Llame a Judith y le indique que ya tenía el traje, pero que sería conveniente que se lo probara antes para comprobar que estaba correcto, por si luego hubiera que hacer algún arreglo.
Como estaba decorando el apartamento que habían alquilado juntamente con su prometido, me indicó que se encontraba en ese momento allí, que estaba sola, ya que ...