1. Regalando ajuar de novia


    Fecha: 22/12/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tendrás tiempo con las invitaciones, etc.
    
    -Se que tienes razón. Me dijo: creo que tengo hojillas y jabón en el baño, pero no sé, ahí me da no se que…..
    
    Le dije:
    
    - mejor te cambias la tanga para no ensuciarla, y te pone unas bragas. Le dije, añadiendo: ¿no tienes otra tanga normal en casa?.
    
    -no… yo no suelo usar esas prendas- me contesto algo apenada.
    
    - Bueno pues veremos cómo lo hacemos con unas bragas.
    
    Ella se cambio mientras yo preparé la espuma de afeitar y la hojilla en el baño. Al rato vino ella al baño con una camiseta puesta, y portando unas bragas blancas, muy anchas.
    
    La pedí que se recostara sobre la taza del baño, puse una toalla debajo, la hice abrir de piernas, empecé a pasar la espuma por los laterales de sus bragas, comprobando el abundante vello negro que tenia. La verdad es que sus piernas apenas tenían vello, pero sus partes veía que sí.
    
    Si alguien me veía en aquella situación, seguro que no se lo iba a creer. Pero mi amiga en el fondo era bastante ingenua, pero a ser conservadora.
    
    Con la hojilla fui poco a poco afeitando los laterales, y luego le dije: -comprueba que estás mucho mejor.
    
    Ella se mira y m contesta:-la verdad es que si.
    
    Le dije: pero hay que recortar más hacia dentro, ya que la tanga es mucho más corta que la braga. Antes de que se pusiera protestar, sin permiso de ella, le separe un poco la braga llevándola casi hasta la raja de su coño y, ante su cara de asombro, le pase la brocha de afeitar, como si ello ...
    ... fuera lo más normal del mundo.
    
    Deje mi mano cerca de su raja, y comencé a afeitar. Al realizar tan delicada tarea, me detuve todo lo que pude, con bastante parsimonia, y comprobé que mis dedos en varias ocasiones tocaban la raja de su coño. Fue cuando me percaté de que Judith se estaba “empezando a mojar”. La recatada de mi amiga, era virgen, pero, estaba comprobando que con solo tocarla en sus partes, ésta se humedecía completamente.
    
    Hice la misma operación por el otro lado, y la obligue a recostarse aún más, y fui más osado. Separé la braga hacia un lado quedando con esta maniobra, gran parte de su raja totalmente a mi vista. Joder, que hembra, pensé. Vi los labios abiertos de su chocho, que yo comencé a tocar sin miramientos, haciendo como que ello era necesario para estirar la piel y poder afeitarla mejor.
    
    En alguna ocasión logré mirar su cara, y note que estaba encendida. Creo que ni ella misma nunca se imagino estar en una situación parecida. Sin embargo, pese a su estado de pánico, me daba cuenta de que se estaba humedeciendo.
    
    Cuando hube terminado, cogí agua con una toalla y comencé a limpiarla. Al hacerlo, pasaba sin descaro mis dedos por la raja de su coño, comprobando que además, en cierto modo le estaba agradando. Cuando terminé, le dije:
    
    - hemos terminado de momento. Comprueba cómo te ha quedado. Mejor te colocas de nuevo la tanga para ver si ya está bien.
    
    Ella marcho a la habitación, y luego regresó con la tanga puesta, y, ¡aquello si era una ...
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