Conociendo a Leti
Fecha: 22/12/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... costaba nada.
Como yo tenía más facilidad para hacer sociales, serví de nexo con las otras compañeras, así que hasta la arrastré a salir a alguna que otra fiesta. Más de una reconoció que era muy buena amiga y formamos un grupito bastante divertido.
De los chicos, no había de que quejarse, andaban atrás nuestro como abejas a la flor, pero más allá de algún baile, no llegó nadie a llamar nuestra atención.
Parecíamos gemelas, siempre andábamos juntas. En el estudio no me podía andar mejor, era tan organizada que nos sobraba tiempo para todo.
Los fines de semana, o venía a mi casa o iba a la suya, mama decía que parecíamos novias. Se aproximaban las fiestas de fin de año. El receso iba a ser de 15 días, hacía un frio de locos, y su mama la llevaba a pasar con los abuelos en Asturias, así que por dos semanas no íbamos a vernos.
Antes de que se fuera, ya empecé a extrañarla. A ella le pasaba algo parecido.
-Si pudiera me quedaba contigo, de pensar en aguantar a mis primos, ya me da ganas de quedarme, pero mi mama quiere que vaya a visitar a los abuelos.
- Podemos hablarnos por wasap
- Y claro que podemos hablarnos, va a ser un poco como si estuviéramos juntas.
No fue como si estuviéramos juntas, pero cada vez que tenía un rato libre o nos comunicábamos o nos mandábamos mensajes.
El día que tardaba le mandaba un mensaje yo. A la noche nos quedábamos hablando hasta tarde, cuando cortábamos, me quedaba pensando en lo que nos habíamos dicho, y me daba ...
... cuenta que no era nada importante, solamente el gusto de escucharnos; sí, más que un gusto, para mí ya era una necesidad.
Llegó el día que me dijo que volvía, iban a llegar a la madrugada, así que seguro que iban a llegar cansadas. Por lo menos iba a tener que esperar hasta el mediodía para ir a saludarla.
Estaba nerviosa del día anterior, me desperté temprano y empecé a dar vueltas en la cama, tenía unas ganas de verla que no podía con ellas, al fin me levanté y me vestí, todavía no eran las nueve, sabía que tenía que esperar, pero se me hacía difícil.
Estaba preparándome el desayuno cuando tocaron el timbre, ¿quién podía ser a esa hora? Abrí la puerta y casi me da algo.
- ¡Leti! – grité – no necesité abrazarla porque ella lo hizo por las dos, nos apretamos como para fundirnos en una – estaba haciendo tiempo para ir a verte, ¿desayunaste?
- No, sabía que ibas a pensar que tenía que dormir, pero dormí en el viaje y tenía ganas de verte.
- Yo también tenía ganas de verte, sabes lo que me costaba no ir a tu casa, ¿cómo estás? ven vamos a desayunar. Mama todavía está acostada – hablábamos atropelladamente las dos a la vez, parecía que en un rato queríamos subsanar todos los momentos que estuvimos separadas.
Llamamos a Sandra, la mama, para avisarle que se quedaba a comer, después de almorzar fuimos a mi habitación para seguir contándonos todo lo que se nos ocurría.
Cuando se fue, me quedé pensando, ¿qué me pasaba con Leti? Era la mejor amiga que tenía, pero ...