Del paro a la esclavitud - Relatos Eróticos

Del paro a la esclavitud

... recordé sus palabras, “zorra” lo era? Mis dedos enjabonados rozaron mi coño e involuntariamente entraron en él, sentada en la bañera bajo la nube de agua me masturbé como hacia tiempo no lo hacia. Oía sus palabras “te gusta?”, una y otra vez. Me corrí y haciendo lo que ella me mandó lamí mis jugos mezclados con el agua.

En el recibidor, junto al abrigo encontré las cartas, ni me acordaba de ellas, abrí la primera:

“Estimada Dª María Dolores García:

El motivo de esta carta es comunicarle que ha llegado a este Departamento de Personal una queja muy grave realizada por su superior directo. Dicha queja es considerada por la empresa como una falta muy grave que puede ser sancionada hasta con el despido inmediato y procedente…”

La dejé. Abrí el segundo:

“Querida perra:

Si has leido ya la otra carta, esta es tu opción, si no te recomiendo que leas antes la otra. Hoy has descubierto que es lo que quiero de ti en todos los aspectos, como secretaria y como mujer, te recuerdo donde estás, si aceptas seguir en el trabajo tendrás que asumir que también estarás conmigo, tendrás oportunidad de conocerme y descubrir que además de dura y exigente también puedo ser cariñosa y dulce, siempre que te hagas merecedora de ello. Recuerda siempre que en este mundo, unas hemos nacido para ordenar y ser obedecidas y otras como tú teneís que ...

... asumir lo que sois, mujeres a nuestro servicio. Usa el paquete como quieras”

El paquete? Donde dejé el maldito paquete…Oh dios, dios…esta carta esto es lo mas humillante que nunca en mi vida habria pensado…

Encontré el paquete tirado en una esquina, al entrar habia tirado todo en el recibidor.

Lo abrí, en una cajita encontré ropa interior erótica: un corsé precioso, de encaje negro con ligueros y unas medias finisimas,además una llave, otra nota:

“Querida perra, si como mujer curiosa que eres has abierto el paquete antes que las cartas, cierralo y lee las cartas. Si no; esto es lo que hay, mañana a las once de la mañana, ni un minuto antes, ni después, bajo pena de castigo, vendrás a mi casa en la Calle Mayor 17, 5º piso. La llave abrirá el portal de la calle. La puerta de mi piso estará abierta. Solo llevarás puesto lo que hay en esta caja, sin bragas, y con un abrigo por encima. Dejarás el abrigo en la puerta y entrarás hasta la ultima habitación”

Ohh dios…me entro una risa tonta…esto parecia ya la peor de las peliculas. Me acosté y por un momento me olvidé de los dos intensos días que habia tenido.

Llamé al taxi en la puerta de casa, al subirme, miré el reloj las diez y media, encogí las piernas al sentarme para que el taxista no descubriera lo que ocultaba bajo mi abrigo

“A la calle nayor número diecisiete, por favor…”