1. El sabor de la doble malta


    Fecha: 08/01/2023, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hablamos sin tapujos y podemos decir auténticas barbaridades. Se notaba que todos íbamos bien servidos de alcohol, además de mdma Gerard, Carla y yo. Dejamos de estar en la mesa principal del comedor para pasar al sofá y su mesita central, donde solo habían las copas de cada uno de nosotros.
    
    Estaba pegado a Carla, y junto al ambiente que habíamos creado hablando de temas calientes y la sensación de placer que estábamos sintiendo, Carla nos cogió las manos a Gerard y a mí, cerró los ojos y las manoseo durante un buen rato. La sensación era enorme, teníamos el sentido del tacto muy sensible… nadie decía nada, Anna estaba sentada a mi lado, con evidente estado de alegría, miraba y sonreía.
    
    Pasé un buen rato dejándome acariciar la mano, disfrutando del tacto de sus suaves manos, de los dedos recorriendo la palma de mi mano… Ella miró a su alrededor, se fijó en Anna que estaba sentada con la cabeza mirando hacia arriba, con ojos medio abiertos y sonriendo. Vio que yo tenía mi mano manoseando la pierna de Anna, muy cerca de su entrepierna, apretando y frenando mis ganas de inundar mis dedos algún centímetro más allá… Sentí que Carla dejó de acariciar mi mano, volviéndola a apoyar en mi pierna. Ahora recorría con sus uñas desde mi rodilla hasta el límite de mi paquete, que en esos momentos se hacía notar. Con mi mano derecha, libre, dirigí mi atención a Carla, abracé con mis dedos su cuello, de manera muy suave, delicada…
    
    Así pasamos uno de los mejores momentos de la ...
    ... noche, la simple acaricia entre nosotros, disfrutábamos de las sensaciones que nos brindaron el alcohol y el mdma. Aunque Gerard no hizo gesto alguno más que dejarse acariciar por su novia, aunque con el privilegio que lo estaba haciendo encima de su paquete, dejando a mi amigo con las piernas abiertas para mayor facilidad…
    
    Creo que los cuatro éramos conscientes que si este juego seguía, acabaríamos haciendo algo que jamás habíamos imaginado… Yo, en esos momentos, recordaba todas las conversaciones calientes que llevaba meses manteniendo con Carla y el recuerdo de sus bragas blancas de encaje se agarró en mi mente… mientras la mano de mi novia se movía por mi entrepierna y una de las manos de Carla se chocaba a menudo al llegar a final de la pierna que estaba manoseándome.
    
    Anna, que ahora disfrutaba, también, de mi mano sobre su entrepierna, apretando con fuerza… tartamudeó que debíamos ir a casa, que necesitaba que acabara el trabajo que había comenzado… Al escucharla, supe que mi momento de disfrutar de Carla mientras también lo hacía con mi novia, se acabaría en pocos segundos.
    
    Todos cesamos de nuestras caricias pero el ambiente de deseo no se había esfumado para nada, las miradas de complicidad se repetían entre todos nosotros, éramos muy conscientes de los deseos que reprimíamos…
    
    A los pocos minutos, me encontraba junto a Anna cerrando la puerta de nuestra casa, y al girar, en el recibidor, a Anna desnudándose, dejando su ropa tirada en el suelo y con los ojos ...
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