Mario (19 de 22): El abuelo y mamá
Fecha: 08/01/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... mientras yo tiraba de la bomba para que el agua se llevara su meada.
Me quedé dormido rápidamente.
ββββββββββ
-¡Párate ya Robert! Estate quieto -le sentía en mi espalda, empujando mi cadera para que me tumbara boca abajo.
-¡Por favor otra vez en el coche no! -hacía mucha fuerza e introdujo una pierna entre las mías haciéndose hueco.
Iba a volver a protestar cuando me tapó la boca con la mano.
-Soy yo, no hagas ruido.
ββββββββββ
Abrí asustado los ojos, la habitación estaba a oscuras, iluminada solamente por la luz que le llegaba de las farolas de la calle. Estaba en mi habitación, en la cama, con alguien pegado a mi espalda forzándome con movimientos bruscos e incontrolados, apretando en mi cadera y con una pierna metida entre las mías empujando. No se trataba de Robert como le sentía en mi sueño.
-Abu ¿qué haces? -no podía tratarse de otra persona y era su jadeo y su olor el que sentía como suyos, hablaba con dificultad por la mano que tenía intentando taparme la boca.
-Calla, que ella no nos oiga y ábrete. -cerró más su mano dejando que respirara solamente por la nariz, con la otra mano tiraba con fuerza de mi pantaloncito intentando quitármelo.
Rápidamente entendí lo que pretendía, ¡forzarme!, mi abuelo estaba queriendo violarme.
-¡No abu, tu no, por favor! -pero las palabras no podían salir de mi boca cerrada a la fuerza por su mano.
Había logrado bajarme el pantalón y su rodilla me lastimaba entre mis piernas queriendo obligarme a ...
... que me abriera, a pesar de mi resistencia lentamente conseguía su objetivo y separaba mis piernas.
Sentía su nervuda polla, ahora dura y tiesa como el hierro, meterse entre mis piernas, me hacía daño en los huevos y no podía moverme. A pesar de su delgadez, casi esquelética, su fuerza era enorme. Luché hasta que apuntó el glande de su negra verga en mi culo y de un golpe seco consiguió vencer la resistencia de mi ano.
Sabía que lo difícil ya estaba hecho, que ahora le sería fácil penetrarme con algún fuerte empujón de sus caderas, y entonces comencé a llorar.
Amargas lágrimas corrían por mi cara y empapaban las blancas sábanas, sentía un dolor agudo y penetrante, mi culo palpitaba dolorido, me había introducido toda su polla, no recordaba otra que me hubiera dañado tanto, sin prepararme en lo más mínimo me había obligado a recibirle entero.
Me bombeaba en silencio, lo único que se escuchaba era el jadeo de su respiración en mi nuca y mis sollozos contenidos por su mano.
-Relájate, estas muy estrecha y así no te jodo bien. -más que hablarme, susurraba las palabras que me trasmitía vía ósea.
Mi instinto me dispuso a aceptar lo que ya no tenía solución e intenté seguir sus instrucciones, relajé el culo lo que podía, el dolor persistente y aguado no me dejaba actuar como debiera.
-Así, así, buena chica. -había dejado de llorar intentado que me hiciera el menor daño posible, su gran salchicha me entraba profundamente, mi abuelo estaba muy bien dotado.
Había ...