1. Mario (19 de 22): El abuelo y mamá


    Fecha: 08/01/2023, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... representaría. Fijaron su residencia definitiva en Japón para sentirse arropados por su familia.
    
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    Transcurrieron más de dos años desde que Swan llegó a la vida, en ese tiempo algunas cosas había sucedido pero sin demasiada importancia, vivíamos inmersos en la monótona rutina.
    
    Terminé mi carrera con una buena media en las notas, sabía bastante bien el inglés, como para defenderme sin problemas, y en el alemán era peor, había adquirido los conocimientos suficiente para poder desempeñar mis funciones en las empresas de Guillermo y me daba por contento.
    
    Guillermo y yo no habíamos hablado sobre nuestro acuerdo que, tácitamente, se prorrogaba indefinidamente. Ninguno de los dos deseaba hablar al respecto y dejamos que nuestras vidas siguieran como habían estado los últimos cinco años, él no quería que lo nuestro terminara y yo tampoco, me sentía a gusto en esa situación y habíamos llegado a ser más amigos que amantes.
    
    El abuelo estaba ahora en una residencia donde lo ingresó Guillermo. Se mantuvo en su casa hasta el último momento, cuando ya no se reconocía si se miraba al espejo, no podía valerse por si mismo y se había convertido en dependiente para todo.
    
    Durante muchos meses continuó con sus visitas nocturnas a mi habitación, siempre ...
    ... era lo mismo, llegue a pensar que podía ser sonámbulo, que actuaba dormido siguiendo unos patrones que le mandaban actuar de una manera concreta.
    
    Después no se acordaba de nada, y nunca hablaba de lo que sucedía. No le guardo rencor por lo ocurrido, y en parte me considero culpable. Llegué a admitir como normal que se metiera en mi cama si eso le mantenía calmado, y muy en mi intimidad debía reconocer que me gustaba verme sometido por él.
    
    Sus visitas no llevaban una pauta marcada, funcionaba aleatoriamente y podían ser dos veces a la semana, o una vez al mes. Se introducía en la cama, me colocaba la mano en la boca y yo sabía como tenía que actuar. A veces mi perversión era tanta que cuando no acertaba a encontrar mi ano, era yo quien sujetaba su acerada y nervuda verga y la llevaba a mi entrada.
    
    Aldo me ayudo mucho durante esos últimos meses, continuaba con Elena y claramente estaban enamorados. Mi primo Marcos, al contrario, se desligó de su obligación. Pero de quien más ayuda obtuve fue de Guillermo
    
    Aquel domingo había quedado con Peru, por dos motivos, primero: que hacía mucho tiempo que no teníamos un encuentro, y el principal era que como ya había terminado mi carrera, Guillermo me había dado el trabajo que en su día acordamos y quería consultárselo. 
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