Visita placentera al campo
Fecha: 12/01/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: Wandavision, Fuente: CuentoRelatos
Soy un chico travesti de closet de 32 años, soltero, con un poco de sobre peso que me brinda unas curvas que con la ropa adecuada me hacen lucir muy femenina.
Además de estas curvas también tengo rasgos muy finos en mi rostro, bastante femenino con unos labios carnosos y una piel clara.
Algo que me gusta mucho de mi genética son mis pechos, los cuales desde muy chico crecieron como si fuera una mujer, llegando a llenar sin problema brasieres copa C.
Además, para suerte la mía, siempre tuve unas caderas anchas y piernas bastante jugosas, como si el desino se hubiera puesto de acuerdo para mi gusto por sentirme mujer.
Hasta ese momento solo dejaba a la imaginación mis deseos sexuales, me vestía en mi habitación y me modelaba frente a un espejo las prendas que con el tiempo fui adquiriendo, a pesar de lo bien y linda que me sentía frente al espejo, no me atrevía incluso a tomarme fotografías así, vivía una vida reprimida, donde estoy seguro mi familia y amigos sabían que era gay, mas sin embargo nadie hablaba sobre ello, como un tema que se cierra y no se toca más.
Era tanta mi pena por mis instintos que inclusive mi la ropa y accesorios los compraba en una ciudad cercana para evitar que me fueran a ver conocidos escogiendo ropa de mujer o sentir las miradas acusadoras de las dependientas de las tiendas de ropa a las que iba.
Nunca había tenido relaciones con otro hombre, solo fantasías y estimulaciones en mi ano con un pene de plástico que compre por ...
... internet.
El ambiente gay en mi ciudad es poco discreto por lo que desde pequeño evite relacionarme con la comunidad, siendo que son algo “comunicativos” y no me interesaría ser la comidilla de la comunidad, aunado a que todos los miembros de la comunidad que leen este relato, sabrán que es muy difícil en estos tiempos conocer un activo y ese es un roll que a mi no me interesa experimentar, a mí me gustaría sentirme mujer con un hombre que me desee como toda una mujer que me siento.
En uno de mis viajes para comprar artículos personales para mi transformación de regreso en carretera mi ciudad aún era temprano por lo que opte por “ranchear” conocer pequeñas comunidades de mi estado, así fue que llegue a una comunidad muy tranquila tradicionalista y con gente amable; que te saludan siempre con una sonrisa.
Estuve conociendo las calles y los pequeños comercios, busqué algo que comer y me senté en la plaza del pueblo a descansar y pensar mientras admiraba el paisaje campirano.
Al poco tiempo la banca en la que estaba sentado se ocupó por un señor de localidad, que se sentó a descansar y como todos en el pueblo me saludo amablemente y comenzamos a charlar.
Me comento que tenía unos años en el pueblo, era jubilado y había decidido establecerse en un lugar tranquilo para dedicarse a una vida tranquila.
Yo no ponía mucha atención a su plática solo contestaba, “si”, “que bien”, pero poco a poco me di cuenta que el señor tenía ganas de ser escuchado, platicar y me fui ...