1. Una follada memorable


    Fecha: 14/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    Ya habían pasado varias semanas mes desde que Wilson, el amante de mi mujer, nos había incumplido una cita. En aquella ocasión ella había estado esperando con ansiedad ese encuentro y fue una verdadera decepción que él no pudiera llegar. Así que ahora, pasado el tiempo, la expectativa de verse con él era muy alta. Hasta último momento tuvimos dudas acerca de su llegada, pero finalmente apareció.
    
    El proceso previo había estado lleno de incertidumbres, porque la vez anterior estuvo chateando con nosotros desde un café internet y, cuando ya todo estuvo acordado y partió a encontrarnos, descubrió que había dejado su celular en aquel lugar. Regresó de inmediato a recuperarlo, pero ya no lo encontró, y ese incidente obstaculizó una noche de sexo muy esperada. Quedamos incomunicados, lo esperamos casi por dos horas con la esperanza de que llegara, pero nunca llegó.
    
    Al igual que la vez anterior, nos ubicamos con mi esposa en una habitación espaciosa, en un motel, y estuvimos a la espera. No demoró mucho en llegar. Acudió muy puntual a la cita y bien dispuesto a brindar todas las atenciones a mi esposa que, con solo verlo, se derretía en ganas de disfrutar de sus proezas sexuales.
    
    Sonó el timbre del teléfono en nuestra habitación para anunciar su llegada y, como estaba acordado, salí a encontrarle para dirigirlo a nuestra habitación. Cuando le vi, lo saludé agitando mi mano y le pregunté: ¿Cómo está? Con la herramienta lista, patrón. Me sorprendió con la respuesta, me dio ...
    ... algo de risa y repliqué; bueno, espero que la sepa usar, pues la señora esta que se muere de ganas por tenerla adentro. Tranquilo, me dijo, no se va a arrepentir.
    
    Llegados a la habitación, ella nos abrió la puerta y de inmediato fijó la atención en su hombre, a quien esperaba ver y saludó con un abrazo, que fue correspondido por él con un beso en la boca. Así que ya estaba todo dispuesto. No había nada que decirse; eran innecesarios los coqueteos y los rituales de seducción. Ambos sabían a que iban y se notaban ansiosos por empezar, sin demora.
    
    Y allí mismo, en medio de la habitación, empezaron los preliminares. El la abrazó, la siguió besando, desabrochó su cinturón mientras lo hacía, bajo la cremallera de su pantalón, expuso su miembro y dirigió las manos de ella para que lo acariciara. La sensación debió ser muy placentera, porque de inmediato se vio como ella se entregó a aquel hombre y se dejó llevar de acuerdo a sus instrucciones. En esa mezcla de besos y abrazos, con su miembro erecto a la vista, el muchacho apretaba su cuerpo al de ella, quizá con la intención de que ella se excitara aún más con la sensación que aquello le producía.
    
    El deslizó sus manos por debajo de la chaqueta de mi esposa, para acariciar su torso, por debajo de la prenda, descubriendo que ella estaba casi desnuda. Y, en efecto, fue ella quien dispuso quitarse la chaqueta y dejar a la vista un body negro, transparente, que dejaba ver sus senos, casi que desnudos. Encima del body únicamente ...
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