1. Una follada memorable


    Fecha: 14/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... llevaba puesta una corta falda roja, sus pantis, unas medias rojas y sus zapatos, también rojos. La tarea de desvestirla no estaba complicada para él.
    
    Y fue allí mismo, al lado de la cama, como poco a poco, entre besos y abrazos, se fueron desvistiendo. El, se dio mañas para retirar su falda y bajar la parte superior de su body, dejando al desnudo su torso y disfrutar de la vista de sus senos. Y ella, por su parte, retiró la camiseta de su macho, procurándose el contacto directo de sus torsos desnudos. Wilson, con su pantalón a medio bajar y su miembro erecto a la vista, empujaba rítmicamente contra las caderas de mi mujer, como si ya la estuviera penetrando. Y ella, ansiosa, le seguía el juego, sobando con sus manos aquel miembro grande y duro.
    
    El, ahora, poco a poco la empujó hacia la cama, forzándola a recostarse en ella. Cuando lo hizo, se colocó encima de ella y empezó a besarle todo su cuerpo, iniciando por sus senos, los cuales acarició repetidamente con sus manos. Siguió en esa dinámica, pasando de los senos a su abdomen, de allí a sus muslos; la volteó para besar su trasero y acariciar mientras tanto todo su cuerpo. Y luego, metió su mano bajo sus pantis y empezó a estimular su clítoris con sus dedos. Ella empezó a contorsionar su cuerpo y mostró en su cara una expresión de placer, gimiendo tímidamente mientras él proseguía con su faena.
    
    Y después, para finalizar el ´proceso, decidió besar su vagina. En ese punto, ella estaba disfrutando al máximo. Su boca ...
    ... se abrió y gimió cada vez con más fuerza a medida que él jugaba con la lengua dentro de la vagina de mi mujer. El, procuró que ella abriera sus piernas para poder acceder a su clítoris con más facilidad y permitir que su lengua entrara, más profundo dentro de su sexo. Ella contorsionaba su cuerpo y gemía, una y otra vez, con cada una de las embestidas de su lengua. Y así pasó un largo rato. Luego, él se retiró y se incorporó, poniéndose de pie a un lado de la cama.
    
    Mi esposa, no lo dudó, se sentó en el borde de la cama, tomó entre sus manos aquel miembro, se lo llevó a la boca y empezó a chuparlo con la misma devoción que aquel le dedicó unos instantes antes. Con una mano friccionaba el tronco de aquel pene, arriba y abajo, mientras su lengua se concentraba en el glande, y con la otra mano acariciaba sus testículos. Permaneció en esa actividad unos minutos, trabajando con su lengua sobre aquel duro y palpitante miembro.
    
    Poco después, Wilson, la empujó de nuevo hacia atrás, para que ella se recostara en la cama, y nuevamente decidió atacar su sexo con su lengua. Esta vez la chupó con más intensidad y ella, muy excitada, colocó sus brazos por encima de su cabeza y se entregó al placer que le producían aquellas sensaciones. Sus piernas se relajaron y se abrieron aún más, permitiendo que aquel hiciera con ella lo que quisiera. Ella gimió y gimió y, en algún momento, pareció que alcanzara el orgasmo, porque gimió con mayor fuerza, tensó su espalda por unos instantes y pareció ...
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