El regalo. Un antes y un después (Vigésima novena parte)
Fecha: 27/01/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... mirar su cazuela, Martha servía con demasiada parsimonia, agua en un vaso y Silvia de reojo observaba el movimiento de los demás, mientras llevaba a su boca un pequeño bocado de los deliciosos mariscos.
—Cuando se entere Almudena de que estuvimos en estas le va a dar un «patatús». —Terminé por abrir mi boca y soltar esa perla, encomillando la última palabra con dos dedos de ambas manos. Y me reí. ¡Solo! Hugo levantó las cejas y frunció el ceño. Martha casi se atora con un camarón y Silvia me miró perturbada, dejando de saborear una almeja. ¡Yo y mi bocota!
Como nadie dijo nada, decidí callar y concentrarme en devorar mi cazuela.
…
Al terminar de cenar, Rodrigo y Martha se encargaron en la cocina, de lavar y secar la vajilla. Hugo se dispuso a servir una nueva ronda de los cocteles que mi esposo había preparado y yo, me fui hacia el porche para encender uno de mis mentolados y meditar. Me había besado con Hugo en su alcoba, a espaldas de Martha y de Rodrigo. Fue un acto impulsivo, pues ya en la habitación del hotel donde Hugo se había hospedado, lo había intentado y yo se lo negué, aduciendo que no iba a hacer nada a espaldas de nuestras parejas.
Pero es que esa vez mientras en el vestier yo colgaba sus camisas, quizás por los nervios y de pensar en que finalmente mi jefe iba a poder estar conmigo como lo había soñado, desobedecí a la razón y me pudo la tentación. Y ese beso fue mejor que la última vez en el parque. Ya estando abrazados y Hugo con sus brazos ...
... descolgados a mis costados, con sus dos manos acariciaba con deseo mi culo y Martha nos sorprendió en esas. No dijo nada, simplemente tomó algo de ropa y se dio vuelta para ingresar al baño. Dejo entreabierta la puerta y luego solo escuchamos como caía el agua de la regadera. No hicimos nada más, terminar de colgar sus vestidos y salimos de allí
Estuvo mal lo sé, y temía que ella le contara a Rodrigo y finalizáramos en una nueva discusión, separados. ¡Siempre juntos! Recordé mis palabras, un compromiso. Y me estremecí por haber traicionado mis propios ideales y de paso a ella y a mi esposo. Un beso, tan solo eso pero ese beso podría dar al traste con la velada y mi relación.
—¿Así está bien mi ángel? ¿O deseas algo más? —Me preguntó Hugo llegando por detrás sin que me hubiera dado cuenta de su llegada, con mi coctel en una mano y en la otra su Manhattan. De pasó me fijé en Martha que se reía aún en la cocina y apartaba su cara hacia un lado, debido a que Rodrigo de manera bromista la salpicaba con el agua que escurría entre sus dedos. ¡Ellos tenían también mucha química! Fluía el cariño con tanta naturalidad que pensé que si Hugo y yo no existiéramos, ellos dos formarían también una bonita pareja. ¡Sentí celos!
—¿Qué te ocurre? ¡Estas pálida! ¿Te sientes bien? —Me preguntó Hugo, tomándome por el antebrazo. —Debe ser que quede muy satisfecha pero no te preocupes que en un momento se me pasará–. Y me senté en una silla, fumando mi cigarrillo lentamente.
—Hugo, no ...